Trump ampliará los aranceles a todos los productos de China

En pleno pulso comercial con Pekín, ha dado ya la orden de expandir las tasas

Un barco de mercancías descarga en el puerto de Long Beach en California AFP
David Alandete

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Donald Trump no sólo mantiene los aranceles aplicados el viernes a las importaciones de China, sino que ha dado la orden a su gobierno de iniciar ya los trámites para expandirlos . Si mantiene sus planes, en unos meses absolutamente todos los bienes chinos importados a Estados Unidos estarán sujetos a unos impuestos adicionales del 25%, por un valor total de mercancía de 575.000 millones de dólares (511.000 millones de euros) anuales.

El responsable de Comercio del gobierno estadounidense, Robert Lighthizer, dijo a los medios el viernes, al término de la segunda ronda de negociaciones con China , que «el presidente Trump ha dado ya la orden de iniciar el procedimiento para incrementar los aranceles en básicamente todo el restante de importaciones procedentes de China , por un valor adiciones que creemos que será de unos 300.000 millones de dólares».

Una delegación china encabezada por el viceprimer ministro Liu He tuvo el gesto de desplazarse a Washington y negoció el jueves hasta la madrugada y el viernes por la mañana, sin llegar a un acuerdo. A su marcha, He, artífice de la política económica del régimen, dijo a los medios estatales chinos que para alcanzar un acuerdo la Casa Blanca debe retirar antes todos los aranceles, algo a lo que Trump se niega frontalmente.

Los frutos de la presión

Trump ha convertido los aranceles en política oficial de su administración y los ha empleado para renegociar acuerdos de libre comercio que considera perjudiciales para Estados Unidos.

De momento, su estrategia de aplicar 25% de tasas a 250.000 dólares anuales de bienes chinos ha dado resultado: el mes de marzo el déficit comercial de EE.UU . con respecto a China cayó a su mínimo en cinco años, 20.700 millones de dólares (18.400 millones de euros), un 16,2% por debajo del que se registró en el mes de febrero.

Las diferencias entre Washington y Pekín no son sólo a propósito de la balanza comercial entre ambos países. Trump ha acusado al régimen comunista de espionaje industrial, de robo de propiedad intelectual y de coerción a las empresas norteamericanas que quieren fabricar o vender en China. Además, acusa al titán asiático de mantener los salarios y precios bajos a través del control estatal de los mercados.

Los aranceles ya se aplican sobre un gran abanico de productos que, según los analistas, acabarán siendo más caros en los supermercados norteamericanos. Afectan a lámparas, aparatos de aire acondicionado, ventiladores, material deportivo, champú, bicicletas, pescado y marisco congelado, entre muchos otros artículos. Los primeros productos en estar sujetos a este 25% de impuestos adicionales son los que han sido comprados desde el viernes a medianoche.

La patronal considera la medida un grave riesgo. Según explica en un correo el presidente de la Agrupación de Ropa y Calzado de América, Rick Helfenbein, «el sector no puede sobrevivir a un impuesto adicional del 25% por encima de los impuestos que ya pagamos. Los precios en las tiendas van a subir. Las ventas van a caer. Se va a destruir empleo». Estas advertencias no parecen asustar a Trump, que ha defendido en varios mensajes en Twitter su nueva política. En uno llegó a decir a los empresarios: «Si no quieren pagar los aranceles, que compren y fabriquen sus productos en América».

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