Los cheques de Trump dividen a los republicanos, que se juegan su mayoría en el Senado

Las exigencias del presidente de EE.UU. puede tener repercusiones con dos eventos decisivos: las elecciones al Senado por Georgia del martes y, un día después, la certificación de los resultados de las elecciones presidenciales en el Congreso

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EE.UU. cerró ayer el año con pocas posibilidades de que la última exigencia de Donald Trump al Congreso, cheques de 2.000 dólares para los estadounidenses para hacer frente al covid, se haga realidad, en un momento de máxima tensión política. El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, descartó la posibilidad de aprobar la nueva ayuda, en una decisión que puede tener repercusiones la semana que viene, con dos eventos decisivos: las elecciones al Senado por Georgia del martes y, un día después, la certificación de los resultados de las elecciones presidenciales en el Congreso.

McConnell estaba esta semana entre la espada y la pared. De un lado, Trump ha exigido con fiereza que se aprueben los cheques de 2.000 dólares. La semana pasada, después de meses de negociaciones, republicanos y demócratas acordaron un paquete de ayuda para covid que incluye cheques de 600 dólares y extensión del subsidio extra para desempleados de 300 dólares semanales, además de otras partidas para pymes y sectores necesitados, con un total de 900.000 millones de dólares. Los demócratas querían más ayudas y los republicanos menos, y ese fue el punto de entendimiento para evitar que los estadounidenses se quedaran sin nada. Pero apareció Trump: exigió cheques más cuantiosos y amenazó con no firmar el acuerdo.

Tras muchas presiones de los republicanos, el presidente de EE.UU. acabó por ceder. Su partido se juega su mayoría en el Senado en Georgia este martes: se eligen los dos escaños del Estado y los demócratas recuperarían la mayoría si ganan ambos. Dejar a los estadounidenses sin ayudas, en medio de un repunte de casos y fallecimientos, hubiera puesto las elecciones muy cuesta arriba para los republicanos.

Los demócratas, sin embargo, recibieron con entusiasmo la propuesta de los 2.000 dólares de Trump, es el tipo de cheque que ellos defendieron durante las negociaciones del acuerdo. Lo aprobaron en la Cámara de Representantes, donde tienen mayoría , y metieron presión a los republicanos del Senado. Algunos de ellos, como los dos de Georgia que se juegan el escaño -David Perdue y Kelly Loeffler- o legisladores muy leales a Trump, como Josh Hawley, y otros como Marco Rubio se mostraron a favor de engordar los cheques.

Elección en Georgia

McConnell y los republicanos estaban entre una propuesta de Trump popular para muchos estadounidenses en problemas y las convicciones que han defendido durante meses de no aumentar el gasto. El líder republicano aseguró que no se dejaría «abusar» por las presiones de los demócratas y del propio Trump, que ha insistido desde su atalaya de Twitter en que no aumentar los cheques sería un «impulso suicida» por parte de los republicanos.

McConnell dijo el miércoles por la noche que los cheques aprobados por los demócratas en la cámara baja «no tiene una vía realista de aprobación rápida en el Senado». En un intento de contentar a todos, defendió que buscaría que el Senado aprobara los cheques de 2.000 dólares junto a dos reivindicaciones de Trump: que se investiguen las acusaciones de fraude electoral y que se aumente la responsabilidad de las redes sociales sobre los contenidos que publican.

Era, en realidad, una manera de llevar a vía muerta los cheques de Trump. Al Senado le quedan pocas sesiones antes de su renovación y no habrá tiempo para tramitar esa ley, a la que los demócratas, por otro lado, se opondrán sin duda. Los estadounidenses con ingresos de hasta 75.000 dólares al año recibirían los cheques, con independencia de si han perdido o no su empleo. Varios estudios apuntan a que esa inyección no sería tan positiva para la economía porque muchos de ellos lo ahorrarían en lugar de dedicarlo al consumo.

En medio de estas turbulencias, la elección de Georgia parece cada vez más ajustada. Los candidatos demócratas –Raphael Warnock y Jon Ossoff– han recortado distancia frente a Perdue y Loeffler, que tienen que hacer equilibrios con los ataques del presidente al gobernador y al secretario de Estado –republicanos– por no unirse a su cruzada contra los resultados en las presidenciales. Desde el comienzo del voto anticipado a mediados de diciembre, han votado 2,5 millones de personas y la mayoría de ellos son demócratas.

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