El ex mandatario Silvio Berlusconi acudía el pasado 24 de mayo al programa de televisión «Porta a porta»
El ex mandatario Silvio Berlusconi acudía el pasado 24 de mayo al programa de televisión «Porta a porta» - AFP

La operación a Berlusconi, sin complicaciones

El cirujano asegura que «técnicamente resultó como estaba previsto». Estará dos días en cuidados intensivos. Su amigo y presidente de Mediaset, Fedele Confalonieri, asegura: «Superará también esto»

ROMA Actualizado: Guardar
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Todo fue como estaba previsto y la operación ha sido un éxito. Después de cuatro horas y media en el quirófano, concluyó la intervención a corazón abierto a la que se sometió esta mañana Silvio Berlusconi en el hospital San Rafael de Milán. El cirujano que lo operó para cambiarle la válvula aórtica, Ottavio Alfieri, explicó en compañía de Alberto Zangrillo, médico particular del exprimer ministro: «No hubo complicaciones en la intervención, técnicamente todo fue como estaba previsto». Aclararon también que Berlusconi estará dos días en cuidados intensivos. A sus amigos, el cirujano Alfieri les había confesado ayer: «Siento la presión mediática y la responsabilidad de la jornada».

«Con preocupación», según sus propias palabras, había entrado en el quirófano Silvio Berlusconi, esta mañana, a las 8.

Pocas horas se había confesado y comulgado. En una vida —en septiembre cumple 80 años— llena de batallas, se preparó de forma especial para afrontar seguramente la más dura, la del corazón, la palabra que más ha estado presente en sus gestos. El riesgo de mortalidad en una operación de este tipo está entre el 2 y el 3%, mientras que de la patología en sí misma, si no es curada, muere alrededor de un 10%, según los especialistas. Poco después de mediodía, Giovanni Letta, uno de sus colaboradores de máxima confianza, hacia la primera declaración sobre el resultado de la operación: «Todo ha ido bien». Después, su amigo de una vida y presidente de Mediaset, Fedele Confalonieri, tranquilizaba a los seguidores del líder de Forza Italia: «Superará también esto».

Cuando el ex primer ministro estaba en el quirófano, su compañera Francesca Pascale, casi 50 años más joven que él, se asomó con un pañuelo en la mano y en lagrimas, desde una ventana del sexto piso del hospital de San Rafael, donde también se encontraban los cinco hijos de Berlusconi. El exmandatario se ha emocionado por las muestras de solidaridad que ha recibido de toda Italia, desde que fue ingresado en el hospital, incluso por parte de sus más duros adversarios. A todos ellos respondió en Facebook un emocionado Berlusconi expresando su agradecimiento: «Estoy naturalmente preocupado, pero me he sentido muy confortado por tantísimas demostraciones de afecto llegadas de los llamados adversarios políticos. ¡Qué bella Italia en la que todos se quieren bien!». Incluso el premio Nobel de Literatura, Dario Fo, símbolo del «antiberlusconismo» militante, expresó sus mejores deseos: «Logrará sin duda superar este momento; tiene una fuerza de ánimo y física extraordinaria».

Los hijos de Berlusconi, en particular su hija mayor Marina, han intentado en estos días aislarlo para que viviera en un clima sereno. Significativamente, las visitas que diariamente recibía en el San Rafael —en una suite con nueve habitaciones, sala de reuniones y tres baños— han sido las de su amigo Fedele Confalonieri y la de su abogado de confianza, Niccolò Ghedini. Aunque se le ha intentado proteger y aislar, el primer ministro ha estado al corriente del enorme interés que ha suscitado su enfermedad, con el riesgo de haber muerto, como explicó su médico particular Alberto Zangrillo. El exprimer ministro se hacía llevar diariamente los periódicos y agencias de prensa y ha podido constatar la lucha que ya se ha desatado para sucederle en Forza Italia, así como las especulaciones que se hacen sobre su futuro. Inevitablemente, todo ello ha sido motivo de estrés, que Berlusconi ha intentado alejar con su característico sentido del humor. Algunas iniciativas de las últimas horas le han causado cierta perplejidad, incluso hilaridad. Por ejemplo, la diputada Michaela Biancofiore, que fue subsecretaria en un gobierno Berlusconi, ha pedido al presidente de la República, Sergio Mattarella, que lo nombre senador vitalicio. Tal iniciativa, horas antes de entrar en el quirófano para una operación con riesgo, es cuando menos tétrica. Otros parlamentarios tuvieron la idea de organizar una vigilia de oración, con rosario, en Roma y en la capilla del hospital de San Rafael en Milan. Alguien debió sugerir que no era lo más conveniente y pospusieron el rosario para después de la operación, aunque la familia hizo saber que se buscaran otro lugar en Milán, porque no quieren concentraciones en el hospital, aunque se trate de parlamentarios para rezar en la capilla. Los hijos han calificado algunas iniciativas como de «mal gusto», llevadas a cabo por personas con afán de protagonismo.

Frente a las luchas internas que se han desencadenado en el partido y los excesos en torno a su figura como hombre público, los hijos han decidido hacer frente común para crear una red de protección en torno al padre. Desde hoy, para Berlusconi se inicia una nueva vida y lo más probable, teniendo en cuenta además su edad, es que sea un ex en todos los sentidos.

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