Atentados en ParísTras la pista de Salah Abdeslam: seis días después, Europa continúa en vilo

Salah Abdeslam, un joven francés de 26 años con residencia en Bélgica, es uno de los hombres más buscados del planeta. La redada antiyihadista de Saint-Danis de este miércoles, que iba dirigida a capturar al cerebro de los atentados, Abdelhamid Abaaoud, no se saldó con la detención de ninguno de los dos (amigos y viejos conocidos), y la búsqueda se ha convertido en un asunto primordial para el gobierno francés y para el belga.

Salah participó en tareas logísticas y fue quien alquiló el vehículo en el que los terroristas se trasladaron hasta la sala de fiestas Bataclan, el epicentro de los atentados del viernes 13, cuando murieron 129 personas en ataques simultáneos. Fue el sábado cuando fue controlado en la frontera con Bélgica junto a otros dos individuos, pero las autoridades belgas los dejaron marchar porque su nombre aún no sonaba como responsable de los atentados.

El lunes, una redada en el barrio de Bruselas de Molenbeek tampoco ofrecía más pistas sobre su paradero. En este distrito, los hermanos eran dueños del bar «Les Beguines», que había sido cerrado el pasado 4 de noviembre por tráfico de estupefacientes.

Salah Abdeslam es el hermano menor de uno de los terroristas suicidas –Ibrahim–, de 31 años y nacido en Francia, que alquiló en Bélgica el Seat León empleado en la matanza y murió al hacer estallar su carga explosiva en el ataque al restaurante Le Comptoir Voltaire, en el bulevar Voltarie. Un tercer hermano fue detenido por la policía belga durante varias horas aunque el mismo día se le puso en libertad «sin ningún cargo», ya que contaba con una coartada «sólida» que le sitúa en Lieja la noche de los atentados, según informó su abogada.

Ahora se ha sabido que los terroristas llegaron a París «casi en un convoy» formado por tres vehículos con matrícula belga alquilados por los hermanos Abdeslam: un Volkswagen Polo, un Seat León y un Renault Clio y que arribaron a la capital francesa «con diez minutos de intervalo el pasado 12 de noviembre». Fue en el Volkswagen donde se detectó por última vez a Salah junto a otras dos personas, en un control de carreteras en Cambrai, ciudad francesa cercana a la frontera belga. Los otros dos pasajeros, Mohamed Amri (27 años) y Hamza Attou (20 años), fueron arrestados y encarcelados el sábado en Bruselas, acusados de «ataque terrorista».

Antecedentes con la policía

La policía de Bélgica interrogó a principios de este año a Ibrahim y a Salah, según informó la agencia de noticias Belga. Tras los interrogatorios no se consideró oportuno adoptar medidas contra ellos porque «no daban señales de una posible amenaza», según informó el portavoz de la Fiscalía federal, Eric Van der Sypt, al mismo medio. Por aquel entonces, Ibrahim acababa de regresar a Bélgica procedente de Turquía y solo se consideraba sospechoso de querer volar hasta Siria. «Sabíamos que se habían radicalizado y que querían ir a Siria (pero) no mostraban señales de una posible amenaza. Incluso si hubiéramos avisado a Francia, dudo que hubieran podido detenerles», añadió.

Salah Adbeslam, por su parte, era conocido de la justicia belga por varios delitos de robo (uno de ellos un atraco en 2010 junto a Abdelhamid Abaaoud) y tráfico de drogas. El pasado mes de febrero tuvo un problema en Holanda en un control de tráfico, cuando llevaba una pequeña cantidad de drogas en el interior del coche en el que viajaba con uno de sus hermanos hasta Bélgica. Tras pagar los 70 euros de multa pudo marcharse.

Las autoridades francesas dieron aviso este miércoles a todas las policías europeas para que extremen la precaución en las fronteras sobre un Citroën Xsara en el que podría viajar Salah, que no fue identificado como autor de los atentados hasta el domingo.