El ataque a la clínica de abortos en Colorado fue por motivos ideológicos

La escasa información filtrada sobre la motivación del pistolero que atacó con un rifle de asalto la clínica Planned Parenthood (de planificación familiar) de Colorado Springs, dejando tres muertos y nueve heridos, parece definitiva. Según se supo ayer, Robert Lewis Dear lanzó la proclama de «no más niños troceados» en el momento que se entregaba a la Policía. La cadena de televisión NBC citó fuentes de la investigación que prefirieron mantener el anonimato al aseverar que el presunto asesino también lanzó críticas al presidente Obama, aunque no precisó su contenido exacto. A ello hay que sumar los datos que se van conociendo del atacante, de 57 años, que vivía aislado en una zona boscosa del estado de Colorado, no muy lejana del lugar donde se produjeron los hechos, y que raramente hablaba con los vecinos.

Aunque se ha mantenido el mutismo oficial sobre las razones que llevaron a Dear a sembrar el pánico en la clínica abortista, probablemente para enturbiar lo menos posible el fin de semana más familiar y tranquilo en Estados Unidos, el de la celebración de «Thanksgiving» (Día de Acción de Gracias), la Policía considera que la investigación está bastante esclarecida: hubo motivación política. La información conocida ayer confirma las primeras declaraciones de testigos, que apuntaron desde un principio a que Dear era un radical contrario al aborto y a este tipo de clínicas.

La protesta contra el aborto es una de las principales motivaciones del llamado terrorismo doméstico en Estados Unidos, que, en concreto, ha tenido en las clínicas llamadas Planned Parenthood uno de sus siniestros objetivos. Desde 1977, se han producido ya ocho muertes violentas por parte de radicales en un total de 17 ataques. A ello hay que sumar la colocación de 42 artefactos explosivos en estas clínicas repartidas por todo el país.