Erdogan, en su reunión mensual con los administradores locales, en Ankara
Erdogan, en su reunión mensual con los administradores locales, en Ankara - EFE

Alemania prohíbe difundir un poema que acusaba a Erdogan de practicar zoofilia o golpear a menores

El humorista alemán Jan Böhmermann presentó dichos versos como una «crítica injuriosa» para intentar mostrar de forma irónica los límites de la libertad de expresión en Turquía

BERLÍN Actualizado: Guardar
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La Audiencia de Hamburgo acordó este viernes prohibir la difusión de determinados fragmentos de un controvertido poema del humorista alemán Jan Böhmermann, llevado ante los tribunales por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, al considerarlo injurioso.

La Audiencia decidió mantener la prohibición que ya había decretado de forma provisional en mayo del año pasado y dar la razón en parte a Erdogan, en un caso que llegó a causar una crisis diplomática entre Ankara y Berlín.

La sentencia, que puede ser recurrida, fue recibida con satisfacción por los abogados del presidente turco, mientras que la defensa lamentó que no se protegiera de forma adecuada la libertad artística.

En su poema, que el propio cómico presentó como «crítica injuriosa» para intentar mostrar de forma irónica los límites de la libertad de expresión, Böhmermann acusaba a Erdogan de practicar la zoofilia, golpear a menores o maltratar a discapacitados.

En televisión

Los hechos tuvieron lugar en marzo de 2016, en el programa que el cómico presenta en la cadena pública ZDF, premiado como el mejor programa de entretenimiento nocturno de la televisión alemana esta semana.

En un comunicado, la Audiencia aseguró que estudió el poema en su contexto, el debate sobre la libertad de expresión en Turquía y las políticas de Erdogan, que «como jefe del Estado debe asumir críticas especialmente duras, ya que la libertad de expresión surgió como necesidad de la crítica al poder»

No obstante, recordó que la libertad artística no es ilimitada y puede chocar con otros valores constitucionalmente protegidos, como el derecho al honor.

Aunque el espectador sepa que, por ejemplo, «las descripciones absurdas de la vida sexual» de Erdogan no se basan en la realidad y no son dichas en serio, el presidente turco no tiene por qué aceptarlas.

Frente a la petición de Erdogan de prohibir todo el poema, la Audiencia estimó que hay pasajes que no revisten la suficiente gravedad, referidos a sus posiciones políticas y a las medidas que adopta frente a sus críticos en Turquía.

La satira no es delito

El proceso civil abierto en Hamburgo era el único que se mantenía vivo después de que las demandas penales fueran archivadas el pasado año por la Fiscalía de Maguncia, que consideró que no se podía probar «con la seguridad necesaria la existencia de hechos punibles».

La Fiscalía consideró que el cómico utilizó ese poema como ejemplo de los límites de la libertad de expresión y estimó que una sátira no es delito, si la caricaturización de debilidades humanas no supone una difamación grave de una persona.

Erdogan había presentado una demanda penal y, al mismo tiempo, su Gobierno pidió la apertura de un proceso basado en el artículo 103 del Código Penal alemán, que tipifica como delito la injuria a jefes de Estado extranjeros.

La apertura de ese proceso requería el visto bueno del Ejecutivo de Berlín y la canciller alemana, Angela Merkel, lo concedió, una decisión por la que recibió duras críticas en el país y que rechazaron sus socios socialdemócratas en la gran coalición.

En octubre del año pasado los socios de la gran coalición llegaron a un acuerdo para eliminar el polémico artículo 103 del Código Penal.

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