Salman Abedi, el terrorista suicida del atentado de Mánchester
Salman Abedi, el terrorista suicida del atentado de Mánchester - REUTERS

La Policía dice ahora que Abedi construyó su bomba solo

Los investigadores reconocen que todavía les quedan lagunas para entender el atentado

CORRESPONSAL EN LONDRES Actualizado: Guardar
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Tras el atentado suicida de un terrorista islámico en Mánchester, las fuerzas de seguridad británicas concluyeron que no había actuado solo, que carecía de conocimientos para armar una bomba tan potente y que había recibido el apoyo de una red terrorista más amplia. Esas conclusiones y el temor a que la célula podía tener otra bomba en la calle llevaron al Gobierno a elevar la alerta a «critica» (atentado inminente) y a sacar el ejército a la calle. Sorprendentemente, ahora la policía se desdice y cree que Salman Abedi, el asesino yihadista de 22 años, pudo fabricar la bomba solo.

«Nuestras investigaciones muestra que el propio Abedi hizo él mismo la compra de la mayoría de los componentes de la bomba.

Parece claro que muchos de sus desplazamientos y acciones los hizo solo en los cuatro días entre su llegada al país [desde Trípoli, donde vivía con sus padres desde abril] y la comisión del atentado», ha explicado Russ Jackson, el jefe de seguridad contraterrorista del Noroeste de Inglaterra.

Con ayuda de imágenes de las cámaras de circuito de televisión, interrogatorios a los 16 detenidos y revisión de sus llamadas telefónicas y mensajes, la policía ha ido reconstruyendo los últimos pasos de Abedi. Su conclusión es que compró el material para la bomba (la metralla de clavos y tuercas) y la montó el mismo en el apartamento de una habitación que alquiló por siete días, a 70 libras jornada, situado a 20 minutos caminando del Mánchester Arena, donde perpetró la matanza.

La «milla del curry»

Las imágenes de las cámaras de la CCTV callejera muestran a Abedi circulando con una maleta azul clara de gran tamaño por la zona de Wimslow Row, un barrio de Mánchester denominado «la milla de curry», por la gran presencia asiática y musulmana.

La policía reconoce que quedan lagunas para resolver el caso. El jefe contraterrorista Russ Jackson habla de que se ha hecho «un enorme avance», pero al tiempo asumen que «llevará un tiempo entender por completo qué pasó». Un millar de oficiales de la policía y los servicios secretos trabajan en la investigación, que ha llegado a contar con la colaboración de 28 cuerpos policiales diferentes. Se han revisado 7.000 archivos policiales y examinado registros de 300 equipos digitales.

Las fuerzas de seguridad fueron además incapaces de vigilar en su día a Abedi, a pesar de que hasta cinco fuentes distintas las habían alertado de su peligrosidad.

El enfoque policial sobre el atentado parece haber cambiado. Han pasado de asegurar que Abedi formaba parte de una red más amplia a decir que quieren «descartar» que existiese tal célula. Lo cierto es que la nueva versión, un terrorista montando la bomba en solitario, resulta más tranquilizadora para el público que la anterior, la de que el cerebro que creo el artefacto seguía libre y podía estar ahí fuera con otra bomba.

Este miércoles hubo un nuevo registro en Mánchester y el martes se detuvo a dos personas, que fueron liberadas sin cargos. En total desde el atentado se ha detenido a 16 sospechosos, de los que cinco salieron libres muy pronto.

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