Merkel señala a Turquía como potencia de contención de los refugiados

La canciller alemana, Angela Merkel, ha centrado el balón del Consejo Europeo que comienza esta tarde en Bruselas y ha adelantado ante el pleno del Bundestag en Berlín que hay que mirar hacia Turquía e incluirla en la estrategia europea de refugiados, dado su potencial de elemento de contención. Turquía juega en esta crisis un «papel clave», ha dicho la canciller alemana ante el pleno parlamentario, apuntando que es el país del que parten hacia Europa la mayoría de los solicitantes de asilo. Alemania defenderá en Bruselas la necesidad de apoyar al gobierno de Erdogan para mejorar sus sistemas de acogida y en la lucha contra las mafias. Esto supondrá dinero para la UE, pero todavía no hay cifras.

Merkel viajará a Estambul el domingo y posiblemente se vayan concretando a partir de esa visita.

El Gobierno alemán calcula que en estos momentos hay unos dos millones de refugiados en Turquía, muchos de ellos esperando la oportunidad o el momento para pasar a Europa. Solo en los nueve primeros meses del año 330.000 personas se han desplazado desde Turquía a Grecia, frente a los escasos 50.000 llegados desde Siria y que permanecieron en territorio turco, según datos de la Comisión Europea. Berlín desearía que Turquía atienda mejor a esos refugiados, de forma que desincentive su viaje a territorio Schengen, y sobre todo que mejore el control de sus propias fronteras y sirva de elemento de contención, para lo que el gobierno alemán está dispuesto a engrasar con ayudas la política de Erdogan.

Otra prioridad de Merkel son las fronteras exteriores europeas y en sede parlamentaria ha avanzado que confía en que de la reunión del Consejo salga un refuerzo de la agencia europea Frontex. «Hoy tenemos que constatar que el control de las fronteras exteriores no funciona y que la responsabilidad es común, de toda la UE, para hacer efectivo ese control. La Comisión Europea ha pedido 1.100 personas y solo unos pocos países han respondido a esa llamada. Entre ellos, Alemania y Austria. Pero lo que espero de este Consejo es que todos los países participen», ha dicho. «Eso significa que todos los países miembros deben hacer su aportación de personal a la agencia europea Frontex», ha concretado la canciller alemana.

Al menos aparentemente, la gran coalición de gobierno de Berlín cierra filas en torno a la canciller. Los aplausos han sido unánimes en su comparecencia parlamentaria, incluso cuando la canciller ha insistido en que no hará girar su política de refugiados, que pasa por dolorosos momentos de popularidad. Anoche mismo, durante una visita a su partido en Schkeuditz, Baja Sajonia, varios militantes de la CDU le plantaron cara. «Debería darle vergüenza lo que está haciendo con Alemania», le increpó un militante resentido con la llegada masiva de refugiados. Pero la respuesta de Merkel, que ha repetido esta mañana ante el pleno parlamentario, sigue siendo la misma: «No existe un interruptor para parar el flujo de refugiados».

«Prueba de fuego»

Merkel señala como única esperanza, en ese sentido, que remita la crisis siria, pero a su pesar ha reconocido que «los esfuerzos diplomáticos están dado solamente mínimos resultados» y ha advertido que se trata de un proceso «largo, seguramente muy largo». La canciller alemana ha abogado, en este sentido, por un «proceso político» en el que participen todos los actores, «desde Rusia hasta todos los países de la región».

Por último, Merkel ha reclamado «solidaridad» a la UE para afrontar la «prueba de fuego histórica» que plantea la crisis de los refugiados y ha asegurado que su Gobierno seguirá pidiendo un sistema permanente de distribución de los solicitantes de asilo entre los socios comunitarios. «Una Europa que, en un mundo globalizado, quiere asumir sus responsabilidades y que quiere afirmar sus intereses y sus valores, debe ser una Europa solidaria; cualquier otra cosa fracasará».