António Costa, líder del PS
António Costa, líder del PS - afp
elecciones en portugal

Los socialistas lusos, marcados por la sombra de Sócrates

El partido que lidera António Costa no deja de descender en intención de voto

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El Partido Socialista (PS) lucha contra las adversas circunstancias a 48 horas de las elecciones generales en el país vecino. Su ventaja parecía muy clara sólo hace dos meses, pero la coalición gubernamental «Portugal à Frente» ha logrado dar la vuelta a las intenciones de voto en las últimas semanas.

Tanto es así que la (entonces) presumible cifra del 40% de los sufragios para el PS da paso a un escaso punto por encima del 30% en la actualidad. ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué António Costa no levanta cabeza en su asalto al poder como baluarte de una formación política supuestamente regenerada tras el «caso Sócrates»? Pues, entre otras razones, porque le persigue la sombra del ex primer ministro portugués, aún pendiente de responder ante la Justicia por graves indicios de corrupción.

El anterior jefe de Gobierno cambió la prisión preventiva por la domiciliaria hace exactamente un mes, y no tardó en manifestar públicamente su apoyo a Costa. Un gesto con múltiples interpretaciones, incluida la de un arma de doble filo, como si quisiera marcarle el paso.

Tampoco faltan quienes echan de menos a un capitán socialista con más pujanza y carisma que don António. Para colmo, su estrategia choca contra el respaldo que recibe su opositor, Passos Coelho, en función de los saneados datos macroeconómicos.

Descenso continuado

Cierto que el Partido Socialista puede llamar a la puerta de su flanco izquierdo para buscar apoyos en caso de necesitarlo, pero permanece atrapado entre la urgencia de aproximarse al centro (para pescar votos en las filas de los desencantados con la austeridad impuesta por la «troika») y el miedo a ser etiquetado en el mismo cajón que el radical Bloco de Esquerda.

Unas y otras razones se dan la mano en un horizonte algo frustrante, con los motores no precisamente llenos de combustible electoral. De hecho, su descenso en las encuestas, lento pero continuado, los lleva a desear la celebración de la consulta lo antes posible porque la sensación generalizada es que, si restara más tiempo, los conservadores de «Portugal à Frente» podría recuperar más y más terreno.

El principal argumento de los socialistas se dirige a agitar las conciencias de los que más sufren la austeridad, con especial hincapié en los ciudadanos que perciben el salario mínimo de 505 euros al mes, cuya cantidad se ha triplicado en los dos últimos años. O sea, enarbolan la bandera del «no votad por más de lo mismo, por favor».

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