Jean Claude Juncker, ante el Parlamento Europeo este miércoles
Jean Claude Juncker, ante el Parlamento Europeo este miércoles - reuters

Juncker acorrala a los gobiernos que se niegan a acoger a los refugiados

El presidente obtiene un respaldo masivo del Parlamento Europeo a su plan de acoger a otras 120.000 personas y espera que el lunes los ministros lo aprueben

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«El estado de la Unión no es bueno, pero los europeos deberíamos estar orgullosos de que Europa sea el lugar donde millones de personas quieren venir a vivir». El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, pronunció este miércoles durante más de una hora su primer discurso sobre el estado de la Unión, en el que logró un claro respaldo por parte del Parlamento Europeo a sus nuevos planes de implantar un mecanismo obligatorio para acoger a un total de 160.000 refugiados sirios: 120.000 ahora, que se suman a los 40.000 repartidos en julio.

Después de que los grandes países hayan manifestado también su apoyo a la idea de este reparto, empezando por Alemania, Francia o Italia, el presidente de la Comisión dijo que había recibido señales muy alentadoras de otros, entre ellos España, lo que probablemente permitirá que en el consejo extraordinario de ministros de Interior del lunes se llegue a un acuerdo por mayoría cualificada, aunque sea en contra de la opinión del grupo de países que se oponen frontalmente, la mayoría del Este.

«Tenemos los medios para socorrer a los que huyen de la guerra»

Según explicó Juncker en la rueda de prensa posterior, aunque los documentos legales no estarán listos para el consejo extraordinario, espera «que se aprueben las líneas generales» y que no suceda lo mismo que con la propuesta de mayo, que fue rebajada por los países miembros. Es de esperar que los gobiernos más reticentes intentarán llevar el asunto a una cumbre y, de hecho, ya hay maniobras para intentar adelantar la reunión de jefes de Estado o de Gobierno prevista para el 15 de octubre. Para la Comisión sería una contrariedad porque las decisiones del Consejo Europeo necesitan unanimidad y se hacen a puerta cerrada. «Espero que esta vez estará todo el mundo implicado, sin retóricas y sin reticencias, porque es el momento de actuar» les prometió a los diputados.

El principal problema para el nuevo plan de la Comisión es que la realidad sobre el terreno lo ha superado antes de que haya sido siquiera anunciado. En mayo se hablaba de 40.000 personas, este miércoles se añadieron 120.000 más para repartir entre toda Europa. Pero según un comunicado del Gobierno de Budapest, hasta el día de hoy que se ha cerrado la frontera, solo en Hungría ya han entrado 160.000 personas. Eso sin contar con las que siguen entrando en Grecia o en Italia que suman al menos otros tantos.

Tampoco está claro cómo se van a definir los detalles de la distribución de los refugiados, más allá de la fórmula para calcular las cuotas que le serán atribuidas a cada país, ni las modalidades con las que estas personas, la mayor parte sirios que huyen de la guerra, podrán beneficiarse de la libertad de movimientos o podrán manifestar sus preferencias (o antipatías) hacia determinado destino. Aunque el propio primer ministro finlandés les haya ofrecido su casa, seguramente no son muchos los que estén dispuestos a instalarse en un país tan al norte. En todo caso, Juncker dijo que la Comisión es partidaria de que todos los que lleguen puedan trabajar a partir del primer día.

«Países seguros»

La lista de países seguros en la que se han incluido Turquía y todos los de los Balcanes occidentales es también una decisión de alto contenido político, puesto que hasta ahora sus ciudadanos podían alegar que eran sujetos de persecución para reclamar el estatuto de refugiado, cuando se trata de países que son o quieren ser candidatos a la adhesión. Al declararlos «seguros» no solo se elimina este argumento, sino que Juncker ha enviado a estos países un mensaje rotundo advirtiendo de que sus relaciones con la UE y sus propias expectativas se verían perjudicadas si salen de esta lista por dejar de respetar los derechos fundamentales. Esta situación tendrá consecuencias entre otros para los kurdos de Turquía.

Juncker recordó a los diputados que «tenemos los medios para socorrer a los que huyen de la guerra. Es verdad que la UE no puede hacerse cargo de toda la miseria de la tierra, pero estamos hablando de un 0,11% de la población europea. Si estamos en contra de lo que pasa en Siria no tenemos alternativa». Y frente a los temores que suscita el hecho de que la mayoría de los que llegan son musulmanes recordó que «lo que pasa en Siria puede pasar en Ucrania».

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