Lafazanis, ayer tras comparecer ante los medios para explicar la formación de su nuevo grupo parlamentario
Lafazanis, ayer tras comparecer ante los medios para explicar la formación de su nuevo grupo parlamentario - afp

Lafazanis, un comunista de los de antes para desafiar a Tsipras

El líder del partido creado por los escindidos de Syriza es un izquierdista de dilatada trayectoria que se ha puesto como objetivo romper con el tercer rescate.

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Panayotis Lafazanis, nacido en 1951, es un antiguo miembro de de las Juventudes y del Comité Central del Partido Comunista griego, que dejó en 1991 para incorporarse a la Coalición de la Izquierda en 1992. Estudió matemáticas en la Universidad de Atenas, aunque se dice que nunca terminó su carrera universitaria. Lo suyo fue siempre la política. Fue elegido por primera vez diputado en 2000 y de nuevo en el 2007 y en el 2015. Durante el periodo 2012 hasta 2014 fue el portavoz parlamentario de Syriza. Tsipras le nombró en su primer gobierno ministro de la Recuperación de la Producción, Energía y Medio Ambiente. El 17 de junio lo sustituyó.

Conocido por su lealtad a los principios del socialismo, está casado y tiene tres hijas.

Representa en el Parlamento la zona de los alrededores del Pireo formada por barrios de trabajadores tradicionalmente de izquierda. Allí están los astilleros y demás pequeñas industrias ahora moribundas o cerradas, especialmente golpeadas por un elevado nivel de paro.

Su posición no ha cambiado desde la llegada al poder de Syriza. Siempre ha esperado apoyo de Rusia, a la que consideraba una fuente alternativa de beneficios financieros para Grecia, una expectativa que nunca se ha cumplido por el propio desinterés del Kremlin. Lafazanis ha rechazado una y otra vez un tercer rescate que venía acompañado de más medidas de austeridad. Creía preferible incluso una quiebra y una salida desordenada del euro.

El «mármol de la tumba»

Otra de sus obsesiones ha sido la denuncia de toda privatización y especialmente de empresas públicas del sector energético del país. Para él, «la privatización de la energía seria el equivalente de cometer un crimen atroz, a expensas de nuestra nación, nuestro pueblo y nuestra economía». De hecho, en su época de ministro paralizó toda tentativa al respecto. El diputado considera que las elecciones anticipadas de Tsipras son «el mármol sobre la tumba» al «no» de los votantes griegos en el reciente referéndum.

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