El santuario de Yasukuni ha sido objeto de controversia en los países de la región
El santuario de Yasukuni ha sido objeto de controversia en los países de la región - reuters
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Una ministra japonesa visita Yasukuni en el 70 aniversario del fin de la II Guerra Mundial

El gesto ha sido mal visto por Corea del Sur y China, quienes lo consideran un símbolo de la opresión del Japón colonial

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La ministra japonesa a cargo de reforma administrativa y activación de la mujer, Haruko Arimura, visitó este viernes el polémico santuario tokiota de Yasukuni -ligado al pasado militarista del país- coincidiendo con el 70 aniversario del fin de la II Guerra Mundial.

No es la primera vez que Arimura acude al controvertido santuario sintoísta, que honra a los caídos por el país entre finales del siglo XIX y 1945 (entre ellos 14 criminales de guerra de clase A) y es una fuente de fricciones entre Japón y los países que sufrieron su dominio colonial el siglo pasado.

Varias visitas que han realizado anteriormente miembros del Gobierno nipón en torno al 15 de agosto -fecha en la que buena parte del país celebra el festival para honrar a los antepasados por lo que es tradición acudir a cementerios, santuarios y templos- han enfurecido especialmente a Corea del Sur y China.

Y es que el 15 de agosto es también la fecha en la que el Japón imperial capituló poniendo fin a la II Guerra Mundial y a su dominio sobre ambos países, que celebran respectivamente sus días nacionales de la independencia.

La fecha de hoy es especialmente sensible puesto que se cumplen 70 años desde la rendición.

El propio primer ministro nipón, el conservador Shinzo Abe, envió hoy un árbol al santuario a modo de ofrenda, pero con toda probabilidad se abstendrá de visitarlo.

La última vez que Abe acudió a Yasukuni fue a finales de 2013, lo que enfureció a Pekín y a Seúl, que ven en las instalaciones un símbolo de la agresión nipona.

El propio Abe, un político de corte nacionalista y conocido por sus iniciativas revisionistas, pronunció el viernes su discurso con motivo de los 70 años del fin de la guerra ante la atenta mirada de sus vecinos, que exigían una sincera disculpa por las atrocidades cometidas por el ejército imperial.

Sin embargo, aunque Abe pidió perdón por el dolor causado y mantuvo las declaraciones llevadas a cabo por anteriores Gobiernos, evitó emitir un contundente mensaje de disculpa.

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