Un avión de la fuerza aérea militar turca en la base de Incirlik, Turquía
Un avión de la fuerza aérea militar turca en la base de Incirlik, Turquía - reuters

Turquía utilizará la base meridional de Incirlik para atacar a Estado Islámico

Hasta ahora, el Gobierno turco se había resistido a dar este paso, para no implicarse en la lucha contra la organización yihadista y evitar las posibles represalias

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Turquía autorizará el uso de la base aérea de Incirlik, en la provincia de Adana, para misiones de bombardeo de la coalición internacional contra los yihadistas del Estado Islámico. Así lo confirmó ayer el propio presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien indicó que el permiso se concede para su uso «dentro de un cierto marco», sin entrar en detalles.

Hasta ahora, el Gobierno turco se había resistido a dar este paso, para no implicarse en la lucha contra la organización yihadista y evitar las posibles represalias. El cambio de contexto, sin embargo, parece haber llevado a las autoridades turcas a plegarse a la presión de Washington, tras una larga llamada telefónica este jueves entre el presidente estadounidense Barack Obama y Erdogan.

«Incluso si el ataque de ayer no hubiese ocurrido, aún así estaríamos manteniendo negociaciones con los EE.UU. en el marco de ‘entrenar y equipar [a los rebeldes sirios], zona de seguridad, Estado Islámico’. Había que tomar medidas de todas formas», declaró ayer el primer ministro, Ahmet Davugotlu.

El jefe de Gobierno hacía referencia al programa conjunto turco-estadounidense, en marcha desde esta primavera, para entrenar a miles de insurgentes sirios en Turquía. El propósito es crear una nueva fuerza prooccidental que pueda modificar la situación sobre el terreno, y que, según han acordado finalmente Washington y Ankara, luchará tanto contra el Estado Islámico como contra el régimen de Bashar Al Assad.

Pero más llamativa es la mención a una «zona de seguridad», un área protegida en el norte de Siria que pueda servir de santuario a los rebeldes, y cuyo establecimiento lleva más de dos exigiendo el gobierno turco. Según la prensa turca, que cita fuentes de seguridad, Washington habría dado luz verde a una zona «limitada», de 90 kilómetros de longitud y unos 50 kilómetros de profundidad, en la región de Jarabulus.

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