Celebración en Teherán con el cartel del ministro de Exteriores iraní
Celebración en Teherán con el cartel del ministro de Exteriores iraní - AFP

Una multitud de iraníes toma las calles para celebrar el acuerdo nuclear

El trato ha supuesto un triunfo para el presiente, Hasán Rohaní, islamista moderado elegido por abrumadora mayoría hace dos años después de prometer reducir el aislamiento del país

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Una multitud de iraníes ha salido este martes a las calles para celebrar el anuncio del histórico acuerdo nuclear con las principales potencias mundiales que podría poner fin a años de sanciones económicas y a décadas de aislamiento internacional.

Millones de iraníes han seguido muy de cerca las negociaciones durante meses, con la esperanza de que un acuerdo pudiera permitir la estabilización de la economía, golpeada por años de sanciones.

Poco después del anuncio del acuerdo, las calles iraníes han sido testigo de la euforia de los ciudadanos por el acuerdo alcanzado, aunque se espera una celebración mayor durante la noche, tras romper el ayuno de Ramadán.

«Este es el primer paso para convertirnos en amigos del mundo», ha manifestado Bahar Ghorbani, un ama de casa de 36 años de la ciudad de Isfahán, 340 kilómetros al sur de la capital, Teherán.

«Creo que el mayor logro de un acuerdo nuclear es la victoria de la lógica y el diálogo sobre la guerra y la violencia», ha añadido Ghorbani.

El acuerdo implicará el fin de las sanciones que han golpeado duramente a la economía iraní, particularmente en los últimos tres años, cuando se impidió al país el acceso al sistema financiero internacional, lo que le dificulta la venta de petróleo y el pago de las importaciones.

El trato ha supuesto un triunfo para el presiente, Hasán Rohaní, islamista moderado elegido por abrumadora mayoría hace dos años después de prometer reducir el aislamiento del país, que cuenta con casi 80 millones de habitantes. «Hoy es el final de los actos de tiranía contra nuestra nación y el comienzo de la cooperación con el mundo», ha declarado Rohaní en un discurso televisado.

Sin embargo, el odio hacia Estados Unidos sigue estando presente entre la población iraní y quedó en evidencia la semana pasada durante un día de protestas en el que grandes multitudes en todo el país gritaron «muerte a Estados Unidos» y «muerte a Israel».

Abbas Abdí, uno de los políticos reformistas más influyentes de Irán, ha asegurado a Reuters que no le importa suspender buena parte del trabajo nuclear del país para conectarse con el mundo. «La parte importante para mí es que Irán ha llegado a un entendimiento mutuo con el mundo y no ha sido humillado», ha afirmado Abdí. El político fue uno de los estudiantes que atacaron la Embajada de Estados Unidos en Teherán en 1979 y tomaron como rehenes a 52 diplomáticos durante 444 días, una crisis que puso fin a la relación entre ambos países.

Los partidarios de la llamada «línea dura» iraní han manifestado sus dudas sobre el acuerdo nuclear y han cuestionado los festejos de los «reformistas». El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, ha respaldado las negociaciones, pero aún no se ha manifestado sobre el acuerdo.

Sin embargo, no todos los ciudadanos han celebrado el trato entre Irán y las potencias mundiales. Nassim, un diseñador gráfico de 42 años ha manifestado que no celebrará el pacto hasta que vea mejoras en su propia vida. «No salí a las calles, es como la celebración por la Copa del Mundo; ¿qué gano yo?», ha afirmado.

«Las calles de Teherán están llenas de descapotables caros; ese es el efecto de las sanciones: los que tenían dinero se han hecho más ricos y los pobres aún son pobres y seguirán siéndolo», ha añadido Nassim.

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