un policía antidisturbios escolta a un herido en las protestas, en Bujumbura
un policía antidisturbios escolta a un herido en las protestas, en Bujumbura - reuters

Cinco muertos en protestas en Burundi tras la decisión del presidente de optar a la reelección

La intención de Pierre Nkurunziza de concurrir a las elecciones de junio, contraria a la Constitución, reabre las heridas de doce años de guerra civil

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Al menos cinco personas perdieron la vida en el segundo día de protestas en Burundi, tras la decisión del presidente, Pierre Nkurunziza, de concurrir a las elecciones del próximo junio. Nkurunziza fue elegido candidato por el gubernamental CNDD-FDD; una decisión que los partidos opositores consideran que amenaza la estabilidad del país, tras el fin de una guerra civil de doce años en 2005. Conforme a lo establecido por la Constitución,el actual mandatario no puede postularse de nuevo después de haber cumplido dos mandatos de cinco años.

«La nominación de Nkurunziza básicamente mata los acuerdos de paz de Arusha (que pusieron fin a las heridas abiertas de la guerra civil que sacudió el país entre 1993 y 2005)», asegura Leonce Ngendakumana, líder de la opositora Alianza Democrática por el Cambio.

En este sentido, Naciones Unidas ha pedido que los comicios se celebren de forma creíble, ya que «es responsabilidad del Gobierno garantizar que la oposición y sus dirigentes puedan participar plenamente en el proceso electoral».

Ejemplo de Burkina Faso

El pasado octubre, tras ser acorralado por una oleada de violentas manifestaciones que exigían su salida del poder, el presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, presentaba su dimisión después de 27 años  al frente del poder. Su salida ha supuesto un serio aviso a eternos navegantes regionales, tras décadas de desencanto político.

«No se puede realizar un cambio fundamental sin cierto grado de locura. En este caso viene de la falta de conformidad. Del coraje de dar la espalda a las viejas fórmulas, el coraje para inventar el futuro». A Thomas Sankara, autor de la cita anterior y una de las figuras más reverenciadas de la política africana, el futuro le duró poco. El 15 de octubre de 1987, Sankara, por entonces presidente de Burkina Faso, fue asesinado a los 37 años en un golpe de Estado orquestado por un antiguo compañero de armas. Ese mismo día, el propio Compaoré asumió el liderazgo del país africano. Comenzaba así una de las dictaduras más duraderas del continente. De 1987 hasta el pasado octubre.

La espantada de Campaoré ha dejado un claro mensaje en la región. En todo el oeste de África solo dos mandatarios se encuentran con posibilidades de extender su poder a un tercer mandato:Faure Gnassingbe, en Togo, país que celebró elecciones el pasado domingo, y Yahya Jammeh, en Gambia, en el poder desde 1994 y quien a finales de diciembre se enfrentó a una intentona golpista.

Ver los comentarios