Un agente de policía tunecino posa con la bandera nacional
Un agente de policía tunecino posa con la bandera nacional - efe

Túnez conmemora con tristeza el 59 aniversario de su independencia

«Hoy es el día de llevar esta bandera y decir a los tunecinos: no nos estropearán nuestro futuro», ha asegurado un tunecino

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Túnez conmemora este viernes con tristeza y coraje el 59 aniversario de su independencia, abatido aún por el atentado yihadista que el miércoles costó la vida a 23 personas y apunto a uno de los pilares de su estabilidad democrática y de su urgente recuperación económica: el turismo.

El 20 de marzo de 1956 y tras un cuarto de siglo de lucha contra el colonialismo francés, el primer presidente del país, Habib Burguiba, inundó de alegría las calles del país con la ansiada declaración de independencia.

Ese antigua alegría se mezclaba este viernes en las mismas calles de un modernizado Túnez con la indignación por el atentado, que ha sido reivindicado en una grabación de vídeo por el autodenominado Estado Islámico

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«No nos estropearán nuestro futuro»

«Hoy es el día de llevar esta bandera y decir a los tunecinos: no nos estropearán nuestro futuro», ha explicado a la agencia Efe Moez, un joven abogado de unos treinta años que paseaba orgulloso con una insignia nacional en la solapa por el bulevar que lleva el nombre del primer presidente, en el centro de la ciudad.

«Túnez ha hecho la revolución, hemos sufrido cuatro años de una transición muy difícil. No podemos dejar que nos la roben, tenemos que seguir trabajando», ha subrayado en un paseo lleno de terrazas semi vacías a primera hora de la mañana.

Menos condescendiente se mostraba Adel, un taxista que tiene en el turismo uno de sus principales medios de vida. «Quieren destruir el país, arruinarnos. No son musulmanes, radicales, ni nada, son simples terroristas. Y el terrorismo no forma parte de la cultura de Túnez», ha afirmado.

El atentado se produjo el miércoles cuando un joven de unos veinte años armado con un fusil abrió fuego contra un grupo de turistas hispanohablantes que se hallaban en un autobús en el parking del museo El Bardo, el más importante de Túnez.

Tras los disparos, en los que murieron siete personas -entre ellas una pareja de jubilados españoles- los atacantes retuvieron a numerosos rehenes y se atrincheraron en una zona ajardinada que existe entre el museo y el edificio vecino del Parlamento, al que trataron de acceder.

En la operación policial posterior murieron otras 14 personas, según el recuento definitivo de víctimas mortales, establecido en 21 personas, mas los dos terroristas.

Desde entonces, la cancelación de vuelos y hoteles ha supuesto una cascada. La mayoría de los cruceros, principal alimento de la industria del turismo en Túnez, han cancelado la escala de dos días que hacían en el país norteafricano durante sus viajes alrededor de la costa mediterránea.

«Es una enorme desgracia. Damos por perdido este año», ha asegurado este viernes con tristeza a Efe un tour operador.

El ataque ha supuesto la constatación de un temor que el nuevo gobierno tunecino albergaba desde que a finales de enero jurara el primer gabinete post transición: el auge del yihadismo, por contagio de sus países vecinos, en especial Libia.

El secretario de Estado tunecino de Asuntos de Seguridad, Rafik Chelly, ha confirmado en las últimas horas que los autores se formaron en Libia junto a la rama del autoproclamado Estado Islámico y que entraron en Túnez desde el vecino país de forma clandestina el pasado mes de diciembre.

Entrenamiento en Libia

«Sabemos que se entrenaron en alguno de los campos para tunecinos takfiries (rama ultra radical del Islam) de Libia, en Sabratam Bengazi o Derna», este última ciudad bastión del EI en el este de Libia, ha manifestado el responsable, citado este viernes por medios locales.

Chelly ha admitido que estaban en el objetivo de la policía y que eran investigados, pero que se desconocía que pudieran estar planeando un ataque de esta envergadura.

Veinticuatro horas después del ataque, fuerzas de Seguridad tunecinas han anunciado que se habían practicado nueve detenciones y que se interrogaba a cuatro personas por su presunta participación en los hechos y a otras cinco por haber dado apoyo y cobertura a la célula.

Los agentes no descartaron que los terroristas hubieran tenido apoyo logístico del grupo local Ansar al Sharia, afincado en la región de Kaserin, una zona abrupta y montañosa pegada a la frontera con Argelia, donde se concentran yihadistas provenientes de varios países del Sahel.

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