Verónica Franco, la prostituta que inspiró a los poetas renacentistas

Esta dama veneciana se enfrentó a la opresión social del siglo XVI, logrando la emancipación de su marido y contribuyendo honorablemente con sus poemas al legado humanista

Verónica Franco C.C
Eugenia Miras

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Verónica Franco fue la meretriz más famosa de la época dorada de las cortesanas venecianas , durante el Renacimiento italiano. Sin embargo, se le recuerda no por sus artes amatorias sino por su noble aportación al Humanismo con la poesía.

Su agridulce historia comenzó en 1564 cuando reclamó su dote , para conseguir la emancipación de su marido -un médico con el que su madre la había casado cuando apenas tenía 16 años- que la maltrató durante todo el matrimonio.

La sociedad veneciana estaba escandalizada con la decisión de la joven de clase media; que embarazada de su primogénito, buscaría por todos los medios lograr su independencia , la cual por el régimen patriarcal dominante, solo podía hacerlo mediante la prostitución.

«Condenadas a comer con boca ajena, dormir con ojos ajenos, moverse según los deseos ajenos, corriendo en manifiesto naufragio siempre de las facultades y de la vida», escribió en una carta a una amiga suya, ya hacia sus últimos días.

El Humanismo venía acompañado del libre albedrío, un redescubrimiento de la libertad a través del saber

Sin embargo, a pesar de ejercer el oficio en aquel entonces lícito, no sería presa de la desgracia, sino que su valía como mujer y ser humano le permitió entablar relación con los grandes intelectuales y artistas de su tiempo, aportando una sólida semilla al Humanismo con su legado a la literatura italiana .

De esta manera, la profesional de las artes amatorias consolidaría la época dorada para las «cortigiane oneste» . Y gracias a su prestigio y buenas relaciones pudo salir ilesa de las acusaciones del Santo Oficio después de ser inculpada de cientos de barbaridades propias de la ignorancia y el recelo.

El despertar del pensamiento

Tras el oscurantismo vivido durante la Edad Media , el hombre volvería a ver la luz durante el Renacimiento ; focalizando los asuntos de interés en las humanidades, razón por la que surgirían los «studia humanitatis» .

«El Nacimiento de Venus», Botticelli C.C

«El Humanismo es aquel desvelo por el legado de la Antigüedad. Por encima de todo, supone el redescubrimiento y el estudio de las obras de los clásicos grecolatinos, la restitución e interpretación de sus textos y la asimilación de las ideas y valores que contienen», relató Jill Kraye en su libro «Introducción al humanismo renacentista».

El hombre desterraba al teocentrismo a un último plano, para dedicarse al enriquecimiento personal y social a través del rescate de las herramientas culturales grecolatina s y de la formación en Lengua, Literatura, Historia y Filosofía . Este movimiento venía acompañado del libre albedrío, un redescubrimiento de la libertad . Este bien invaluable era totalmente incompatible con la «ira de Dios» que profesaba la Santa Inquisición, la cual ganaría tristemente la batalla durante la Contrarreforma , poniendo fin al Renacimiento con el inicio del Barroco.

«Las mujeres verdaderamente cultas llegaron casi siempre a serlo porque sus padres se ocuparon de educarlas y de desarrollar sus talentos intelectuales y artísticos»

Las mentes más avanzadas de su tiempo se forjaron mediante el estudio y comprensión de los textos clásicos . Hay que reconocer que fueron muy pocos los hombres que favorecieron la participación femenina en el Humanismo , pero aquellos que lo hicieron verdaderamente habían comprendido la verdadera razón de vivir del ser humano. Algunos alentaban al enriquecimiento cultural de las mujeres, denunciando a los poderosos patriarcas que tenían a sus hijas sumidas entre la ignorancia y el punto de cruz.

El humanista Erasmo de Rotterdam C.C

Pero es cierto que las capacidades de la mujer seguían siendo objeto de debate y polémica . Y por ello, aquellos señores que sí creían en los poderes y en la emancipación que otorgaba el conocimiento, regalarían en secreto a sus hijas la enseñanza de los «studia humanitatis» , como la protección más efectiva contra la maldad de las gentes y la opresión masculina .

Durante este tiempo humanistas como Erasmo de Rotterdam criticarían la actitud de los progenitores respecto a la pobre educación que recibían sus hijas. «Sería mejor que les enseñaran a estudiar, porque el estudio ocupa todo el espíritu. No es solo un arma contra el ocio, es también un medio para imprimir en la mente de las niñas los más altos preceptos de la virtud» expresó el sabio en su manifiesto «Christiani matrimonii Institutio».

«Las mujeres verdaderamente cultas llegaron casi siempre a serlo porque sus padres -ellos mismos hombres amantes del estudio- se ocuparon de educarlas y de desarrollar sus talentos intelectuales y artísticos, desafiando así las reglas de la sociedad patriarcal», escribió Ángeles Caso en su obra «Las olvidadas: Una historia de mujeres creadoras»

La cortesana poeta

Durante el siglo XVI Venecia fue un epicentro de la prostitución . Sin embargo, a diferencia de nuestra época, este oficio estaba totalmente naturalizado y regularizado por las autoridades . Y en aquel tiempo tener un burdel era un sinónimo casi de honor, pues no cedían este permiso a cualquiera; solo unos pocos privilegiados, y con buenas relaciones con el ayuntamiento, eran agasajados con dicha licencia.

Verónica Franco destacó por traspasar los límites sociales, con su noble aportación a la literatura veneciana durante el Renacimiento

De la misma manera, las cortesanas como Verónica Franco gozaron de muchos privilegios ; de un sinfín a los que muchas damas no podían siquiera atreverse a imaginar, solo por esa telaraña patriarcal a la que estaban sometidas. Pero también, por otro lado existieron ilustres creadoras , que tratando de contribuir en las humanidades -y sin ejercer dicho oficio-, fueron acusadas de libertinaje y prostitución solo por su presencia en los salones literarios o artísticos.

Sin embargo la valentía de esta mujer traspasaría los límites establecidos incluso por los propios humanistas; quienes tendrían en estima la nobleza de su aportación a la literatura con sus poemas , así como al fomento intelectual de los venecianos. Fue tan valorada que los testimonios de sus amantes la rescatarían de un trágico final, durante la acusación de la Santa Inquisición por supuesta brujería .

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