La guerra de Fielding contra la 'Gin Craze' que impulsó a la creación del primer cuerpo policial británico

Durante la alcoholización masiva que sacudía a Londres, este novelista impulsó una gran reforma social en la seguridad civil

Fielding formó un equipo oficial de ocho corredores conocidos como «Bow Street Runners» que implementarían la justicia

Henry Fielding National Portrait Gallery, London
Eugenia Miras

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Henry Fielding (1707-1754) destacó fundamentalmente por su legado literario, cuya obra establecería los pilares de la novela inglesa . Pero además de su gran herencia cultural en las artes; el británico destacó por encabezar la lucha contra la ebriedad -que azotaba al sector popular- y su consecuente incremento de criminalidad durante la «Craze Gin» en Londres.

Ante la preocupación que le suscitaban los incesantes disturbios en la metrópoli; Fielding desarrollaría los inicios del primer cuerpo policial, un grupo de ocho hombres uniformados conocidos como «Bow Street Runners» (Los corredores de la calle Bow).

Algunos se imaginan a los escritores naufragando en sí mismos, durante el proceso de creación literaria , en un exótico pero decadente escenario bohemio; en el cual una nube de humo envuelve al artista , mientras las grandes ideas cobran vida causa del alcohol y otros estupefacientes .

No obstante, lejos de ese romance entre los escritores y la efímera excitación motivada por los vicios , surgieron genios inmaculados como Fielding, y que cercanos a la tentación –por la misma naturaleza humana a corromperse-; no solamente alumbrarían a pilares sólidos de la narrativa. Sino que también se entregarían al cuidado de los valores y del bienestar público, para dar paso a la verdadera evolución social.

La ginebra, el espirituoso desmoralizador

La bondad de esta bebida, con origen en los Países Bajos -la «jenever» - hizo frente a la peste bubónica durante el siglo XIV. Posteriormente hermanaría a los soldados holandeses y británicos en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) -donde protestantes y católicos perpetrarían una auténtica carnicería-; hasta la postguerra cuando cesaría aquella amistad bélica.

El rey Guillermo Orange de Inglaterra prohibió la entrada de ese brebaje, el cual disipaba los miedos y la soledad en el campo de batalla. Esto causó una verdadera conmoción entre los retornados del conflicto, quienes habían encontrado un bálsamo oral a sus paupérrimas condiciones de vida.

La locura de la ginebra se acentuó en el siglo XVIII; cuyos consumo afectó a la seguridad pública, la moral y la integridad familiar.

Haciendo caso omiso al soberano, los ingleses comenzarían su producción clandestina durante las siguientes décadas, cuando el Parlamento de Westminster decide diseñar un aumento en la oferta; que alimentaría a la economía nacional. No obstante, con ello se descontrolarían los índices de alcoholización; creando uno de los peores episodios de desmoralización de la historia de Inglaterra.

La «Gin Craze» (locura de la ginebra) se convirtió en un fenómeno social de consumo entre la clase obrera , cuyos efectos adversos se acentuaron en el siglo XVIII ; para manifestarse en crecientes oleadas de violencia , delincuencia y desintegración familiar.

«El «Gin Craze» estaba en su fase más intensa de 1720 a 1751, afectando seriamente a la pobreza y la miseria entre los habitantes de Londres y el resto de Inglaterra», explicó el historiador Angus Bancroft en su libro «Drugs, intoxication and society» (Drogas, intoxicación y sociedad).

Al principio se tomaron medidas restrictivas, pero que resultarían contraproducentes; estimulando la destilación clandestina e irresponsable de ginebra. Ante este hecho el Gobierno vería una valiosísima oportunidad de mercado ; por la que comenzaría a crear medidas legislativas que permitieran el enriquecimiento de los mismos. Con tal de que no llegase el brandy del enemigo francés, se animó a la producción del espirituoso holandés, pero sin prever las futuras graves consecuencias que impactarían en la sociedad londinense. Lo que en su día hubiera sido un bien de lujo, logró posicionarse al alcance de los más pobres –cuyos jornales no se estiraban más de dos pintas semanales- incentivándoles al consumo desenfrenado.

«Desde 1689, el Parlamento manipuló el mercado para alentar la producción nacional sobre las importaciones extranjeras de ginebra. A partir del momento en que la disponibilidad de lujos se trasladó al mercado de masas -que antes eran el patio de recreo de la élite- esto pasaría a convertirse en una amenaza no solo para su moral, sino también para el futuro de la sociedad», sostiene Bancroft.

«Gin Craze» C.C

Durante 1747 Henry Fielding logró ocupar el importante cargo de magistrado jefe en Londres. Con el apoyo de su hermano John, se instalaría en la calle Bow, de Covent Garden , para comenzar la lucha contra la ebriedad y la delincuencia resultante de una sociedad profundamente desmoralizada.

Entre sus actividades para restaurar el orden público , el novelista empezaría a distribuir panfletos a favor de la prohibición de la ginebra ; pero como nadie le hacía caso y la problemática criminal seguía golpeándolos a todos, decidió crear el primer cuerpo de seguridad metropolitano: «Los Bow Street Runners».

Ocho corredores, el origen de la policía

«Desvalijamientos, robos a mano armada, asaltos, asesinatos, infanticidios, violencia conyugal, crímenes motivados por el odio racial: uno podía encontrar cualquier depravación que se le antojase. Era una época muy parecida a la nuestra», afirma Michael Sims en la edición de la obra «Detectives victorianas: Las pioneras de la novela policiaca» (Siruela, 2017).

Las víctimas de la delincuencia quedaban a la suerte de los «cazabandidos» ; a quienes recurrían por no existir todavía ninguna autoridad gubernamental que resolviera los casos particulares. La dudosa honorabilidad de este grupo solo podía sobrevivir si existía caos; y en caso de sonreir la paz por las calles, ellos mismos eran los que cometían los robos . De esta manera, las estafas perpetradas por estos piratas callejeros estaban generando aún más angustia entre los londinenses.

El «juez ciego» impulsaría el empleo juvenil entre los estratos sociales más desfavorecidos, para así evitar que viesen el robo como la única salida de supervivencia.

«En 1749, el mismo año en que publicó su novela picaresca Tom Jones, el novelista inglés Henry Fielding fundó una organización que recibiría el nombre de los «Bow Street Runners». Los «runners» trabajaban fuera de la oficina en la que Fielding ejercía de magistrado en Londres, situada en Bow Street; corrían de un lado a otro para arrestar a delincuentes y repartir citaciones o mandatos judiciales», explica Sims.

De esta manera, el magno novelista -y abstemio- implantaría la semilla de la policía metropolitana moderna , que azotaría al crimen organizado. Mediante la presión que ejercía sobre el Gobierno a través de sus críticas periodísticas -con el pseudónimo de «Capitán Hércules Vinagre» , lograría obtener fondos públicos para pagar a los ocho corredores . Con estos ingresos iría paulatinamente ampliando y mejorando la red de los Bow Street Runners.

Cuando la muerte alcanzó a Henry en Lisboa, su hermano John -quien había perdido la vista en un accidente a los 19 años- le sucedería como magistrado jefe; en cuya labor destacó de manera sobresaliente al igual que su predecesor.

Con motivo de su discapacidad visual logró desarrollar un oído feroz, el que le permitiría distinguir a más de 3.000 criminales solo por la voz. De esta manera, continuaría el legado que inició con su hermano; aportándole una nueva óptica que contribuiría a la prevención delictiva : el trabajo. El «juez ciego» impulsaría el empleo juvenil entre los estratos sociales más desfavorecidos, para así evitar que viesen el robo como la única salida de supervivencia.

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