Carrie A. Nation y el extraño método del hacha que impulsó la Ley Seca

Los puritanos anglosajones culpaban a la inmigración europea de corromper los valores de la sociedad norteamericana

Policía confisca alcohol ilegal en Elk Lake, Canada, 1925 C.C
Eugenia Miras

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La Ley Volstead , más conocida como la Ley Seca , no hubiera sido posible sin la rocambolesca lucha de Carrie A. Nation . Esta dama lideraría El Movimiento por la Templanza , un grupo de presión de carácter puritano, que lograría imponer la abstemia en Estados Unidos . Su extraña guerra contra la ebriedad se convertiría en verdadero espectáculo apocalíptico para cualquier bebedor.

Carrie A. Nation aseguraba que el alcohol era la causa principal de todos los males en Norteamérica; y cuyo consumo descontrolado se debía a las fuertes oleadas de inmigración provenientes de Europa , porque según ella tenían una relación muy estrecha con la bebida.

Aunque el hígado tanto de italianos, como de irlandeses y polacos no era asunto de su incumbencia; sí le preocupaba que este vicio estaba infiltrándose entre las costumbres de los hombres estadounidenses. Las barras de los saloons (tabernas), se habían convertido en un foco de infección; donde se propagaba aquella pandemia de alcoholismo entre la clase obrera . Los virtuosísimos anglosajones americanos estaban siendo víctimas de mutaciones, donde se tornaban en seres despreciables por consumir cerveza . Siendo así, la violencia doméstica hacía saltar la alarma nacional. Y como la líder de El Movimiento por la Templanza veía que el Gobierno de Estados Unidos no tomaba cartas en el asunto; decidió implantar su método justiciero, para que la prosperidad y la armonía volviesen a reinar en los hogares de América.

El niño demonio, la gota que derramó el vaso

Tras un trágico episodio en la Hull House –un centro pionero en el desarrollo personal de los inmigrantes- Carrie decidió enfatizar su protesta.

La injusticia que vivían las mujeres en el mundo es un tema que abordó la contemporánea de Nation, Jane Addams -precursora del trabajo social con los «seattlement houses» -, en su obra «El largo camino de la memoria de las mujeres» . Una señora dio a luz a un bebé en la Hull House. El recién nacido vino al mundo con diversas malformaciones, debido a una paliza que propinó un «caballero» en estado de ebriedad a su mujer embarazada. Este lamentable suceso encendió la cólera del movimiento moralista; y protagonizó los diarios nacionales de la época, creando un gran sensacionalismo falto de humanidad. Los curiosos acudían desde lugares remotos a Hull House (Chicago) para que les enseñaran la criatura deforme; pues según narró Addams, los mismos afirmaban que habían escuchado que se parecía a Satanás (con cuernos, cola, y demás imaginaciones).

La barra del bar, el muro que separó América

La sociedad norteamericana estaba dividida por un muro no más ancho que la barra de los saloons , que servían como club social para la clase obrera. Por un lado estaban los puritanos anglosajones americanos y por otro, los inmigrantes europeos que venían a ocupar los puestos industriales de una Norteamérica emergente.

Aparentemente ninguno de los bandos tenía nada en común, más que la tentación de beber. Sin embargo una vez que los hombres entraban allí, nadie podía salir; y es que realmente era imposible cuando la adicción los había secuestrado por completo.

Carrie A. Nation C.C

De esta manera, los caballeros entraban en un círculo vicioso en el que trabajaban para tomarse tantas pintas como les permitiesen sus modestos –casí míseros- jornales . Las consecuencias eran nefastas; la resaca se iba al dormir, mas el hambre de sus familias seguía ahí.

El alcohol no tenía la culpa, solo era un líquido reconfortante para una realidad deprimente entre los inmigrantes. Sin embargo, la irresponsabilidad y el egoísmo salía a relucir tras poner las manos sobre la barra de la taberna.

No obstante, la lucha de Carrie A. Nation contra la ebriedad también estaba motivada por un factor nacionalista; en el que se culpabilizaba al extranjero como el gran fétido que apestaba los valores estadounidenses.

Los apestados invasores

Jane Addams - Premio Nobel de la Paz de 1931 por su labor en la inclusión social de la inmigración- describía las condiciones infrahumanas a las que estaban sometidos todos aquellos que desembarcaban en Estados Unidos; y también de cómo eran repudiados por parte de los colonos anglosajones .

El falso precepto nacionalista de la «norteamericanización» promulgaba que los verdaderos americanos eran réplicas de sí mismos (como fabricados en serie y sin otra expresión racial); los famosos WASP –de las siglas en inglés Blanco, Protestante y Anglosajón -. Éstos sentían como su raza corría el riesgo de difuminarse con la llegada de aquellos «apestados invasores» , que venían a poner patas arriba el país con sus credos y costumbres.

Lo cierto es que esas pobres almas venían sufriendo varios éxodos por los desentendimientos entre las fronteras europeas. Culminando por aquel entonces con la barbarie durante la Primera Guerra Mundial . La miseria y la muerte les azotaba hacia donde quiera que fuesen, impidiendo un seguro movimiento intercontinental . De esta manera, si querían sobrevivir les quedaba solo una opción: el valiente acto de cruzar el charco. Y con mucha pena y tanto océano de por medio emprenderían una esperanza colectiva llamada «el sueño americano».

En aquellos barcos, el más afortunado nada más tenía chinches. Otros morían o tenían que pasar una aburrida cuarentena. Es cierto que en ese período se contenía la propagación de enfermedades; pero no hacía olvidar las viejas costumbres ni tampoco curaba los vicios.

El sector industrial estaba en pleno apogeo y reclamaba mano de obra. Los inmigrantes comenzarían a ocupar estos puestos. No obstante, aunque América se enriquecía, ellos no serían partícipes de ese esplendor. Y con mucho pesar, al finalizar el día se encaminarían a las tabernas para empatizar con otros supervivientes.

«Soy un bulldog que corre a los pies de Jesús, ladrando a lo que él rechaza»

A algunos se les iría el equilibrio y a otros el presupuesto; cuyos jornales únicamente cubrían el mínimo sustento de sus familias. Con la ilusión de que el hambre convirtiera en hombres a sus hijos, se entregaban a un romance con la cerveza; poniendo en riesgo el puritanismo del abstemio anglosajón al que empezaba a seducir dicha práctica.

A partir de este momento, la aversión hacia los inmigrantes iba en crescendo y Carrie comenzaría una curiosa lucha contra la ingesta de espirituosos. Ella junto a un séquito de mujeres, de credo protestante , comenzarían a irrumpir en todas las tabernas posibles para amargarles la fiesta a los taberneros y a los clientes de los tragos del olvido.

Con rezos y hachazos, algunos comprenden

Carrie A. Nation y un ejército femenino cristiano aparecían por sorpresa en cada una de las tabernas. La líder –viuda de un borrachín- vestida de luto y con un lazo blanco anudado al cuello, portaba dos objetos curiosos en cada mano. Con una sujetaba una biblia y con la otra empezaría a propagar el terror entre los presentes.

Las mujeres se ponían a recitar oraciones al unísono mientras la señora Nation destrozaba con un hacha todo aquello que encontraba pecaminoso; especialmente los toneles de cerveza que causaban tanto malestar en la sociedad. Rezaban y rezaban mientras la otra danzaba con el peligroso objeto entre los borrachos.

Ese apocalipsis haría eco en la Casa Blanca , donde tomarían en cuenta la visión de Carrie sobre una nación libre de pecado y alcohol.

«Soy un bulldog que corre a los pies de Jesús, ladrando a lo que él rechaza», había confesado la viuda cuando le preguntaban por su extraño método moralizante.

Finalmente, la virtuosa del hacha logró su cometido; en algunos estados ya se había establecido la ley seca. Sin embargo no sería de carácter nacional hasta pasada una década, cuando Carrie ya estaba muy sepultada en una tumba sin nombre. El congresista Andrew Volstead establecería la XVIII Enmienda ; en la que quedaba prohibido y severamente penado la destilación, distribución, venta y consumo de alcohol.

«El demonio de la bebida hace testamento. Se inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios bajos serán pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacíos; los transformaremos en graneros y fábricas», expresó Volstead.

No obstante esta prohibición desde 1920 a 1933 , se convertiría en el verdadero hachazo a la sociedad. El crimen tomaría el control del país de la mano de los gángsters , desatándose uno de los episodios más oscuros de la historia de Norteamérica.

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