PILAR SOLÍS Silvia Mazzo abandonaba Cádiz hace tan sólo dos días para volver a su tierra natal en Italia, Verona, pero prometía volver. «Tengo que hacerlo porque en septiembre tengo que venir a hacer unos exámenes y además tengo amigos que quieren pasar unos días de vacaciones por aquí». Me han hablado tanto de las maravillas de Cádiz que ahora es imposible evitar que venga. Vino en marzo porque quería homologar su título de abogada y de paso, ha querido aprovechar el tiempo y ha realizado un curso para enseñar español a extranjeros, organizado por la UCA en la Facultad de Filosofía y Letras. Silvia ha sabido compaginar el estudio, con las clases y, sobre todo, con la cultura gaditana. Una de las cosas que más le llamó la atención fue lo unida que está la provincia, sobre todo a la hora de festejar. «A la Feria de Jerez llegó gente de todos lados, al igual que en la de El Puerto de Santa María, están todos muy unidos». Una de las cosas que le extraña es que siendo una ciudad tan bonita «haya tan poco extranjero». Silvia habla de Verona, que de los 250.000 habitantes que tiene 20.000 son de fuera, «algo que potencia la diversidad». De hecho, recuerda que siendo profesora, daba clases a 15 alumnos de 15 países diferentes, «el día de mi cumpleaños, todos me felicitaron en idiomas diferentes».
P. S. Durante el invierno, Yesenia Coto asiste a clases de literatura española y estudios latinoamericanos en una universidad de Carolina del Norte, en los Estados Unidos. Es una entusiasta de las letras de Borges y las novelas del escritor Gabriel García Márquez. Aprovechando un programa puesto en marcha desde la universidad americana ha venido a Cádiz junto a una veintena de compañeros. «Pasaremos en España unas cinco semanas, la primera de ellas en Madrid y el resto del tiempo estudiando aquí en Cádiz». En la facultad de Filosofía y Letras aprenden historia del arte, gramática y cultura, además de encontrar la oportunidad de poder hacer amistad con otros compañeros. Una de las motivaciones que le trajo a embarcarse en este proyecto es poder practicar el idioma español. Sus padres son originarios de El Salvador pero casi no lo hablan y tras estar estudiándolo durante todo el invierno no ha querido perder la oportunidad de practicarlo 'in situ'. «Me encanta el carácter de la gente de aquí porque son muy amables, el otro día me perdí y me ayudaron mucho». El ambiente relajado, «lejos de ruidos de las grandes ciudades» fue otro de los alicientes para apuntarse a este viaje.
P. S. Ana Gabriela es una profesora que nunca deja de estudiar ni de aprender. Ha venido a la capital gaditana a realizar un curso de Español para extranjeros donde comparte pupitre con Silvia. Es la segunda vez que viene al sur de España y está encantada de poder regresar. Asegura que volverá una tercera y una cuarta si le es posible. «Me encanta el trato de la gente de aquí, todos son muy acogedores y sobre todo la playa». Precisamente la playa de La Caleta y la cultura gaditana se encuentran entre los muchos argumentos que suele utilizar en las clases de español que imparte durante el invierno en la Universidad de Chicago. Allí, al otro lado del charco no sólo les enseña el idioma también les acerca un trocito de nuestra tierra. «Suelo enseñarles las fotos de mis viajes por Cádiz, les hablo de los sitios que visito, las tapas que pruebo y de las actuaciones a las que asisto. Hago muchos ejercicios con Cádiz como referencia, les pongo música española...». Les habla tanto que incluso dos alumnos suyos se han animado y ya han visitado una ciudad que allí, en Chicago, muchos no saben ni situar en el mapa. De momento sólo han sido dos pero la veda ya está abierta para el resto de los alumnos.
P. S. Ana Gabriela es una profesora que nunca deja de estudiar ni de aprender. Ha venido a la capital gaditana a realizar un curso de Español para extranjeros donde comparte pupitre con Silvia. Es la segunda vez que viene al sur de España y está encantada de poder regresar. Asegura que volverá una tercera y una cuarta, si le es posible. «Me encanta el trato de la gente de aquí, todos son muy acogedores y sobre todo me gusta la playa». Precisamente la playa de La Caleta y la cultura gaditana son dos de los muchos argumentos gaditanos que suele utilizar en las clases de español que imparte durante el invierno en la Universidad de Chicago. Allí, al otro lado del charco no sólo les enseña el idioma también les acerca un trocito de la 'tacita de plata'. «Suelo enseñarles las fotos de mis viajes por Cádiz, les hablo de los sitios que visito, las tapas que pruebo y de las actuaciones a las que asisto. Hago muchos ejercicios con Cádiz como referencia, les pongo música española...». Les habla tanto que incluso dos alumnos suyos se han animado y ya han visitado una ciudad que allí, en Chicago, muchos no saben ni situar en el mapa. De momento sólo han sido dos pero la veda ya está abierta para el resto de los alumnos.
