Todos sabían que Antonio David le puso los cuernos a Rocío Carrasco: «Me llamaban cierva embarazada»

En ’Se nos rompió el amor’, Capítulo 2 de ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’, Rocío Carrasco, relata cómo pilló ‘in fraganti’ a su marido con una camarera cuando estaba embarazada

Dónde ver los capítulos completos del documental de Rocío Carrasco

Antonio David Flores y Rocío Carrasco en 1996 Telecinco | Vídeo: EP

El verano de 1997, Rocío Carrasco vivía su segundo embarazo en Chipiona. Eran días de sol y salidas nocturnas, pero lo que deberían haber sido unas hermosas vacaciones se convirtieron en la enésima pesadilla del matrimonio entre Rocío Carrasco y Antonio David . A ella le daba pánico cuando llegaba la noche, porque entonces debía enfrentarse al deseo de su marido de salir todos los días a tomar algo. Incluso cuando a ella sólo le apetecía quedarse en casa. Iban siempre al mismo sitio, con el mismo grupo de amigos, aunque Rocío sospechaba de la extraña relación de Antonio David con Sonsoles, una de las camareras. Las excesivas demostraciones de cariño, los roces… Todo apuntaba a que había algo más, así que decidió comentárselo a su ex: «Estás locas, el embarazo te está afectado, las hormonas te sientan fatal», es lo que le repetía una y otra vez. «Pero una noche, fue a pedir una copa y como tardaba mucho fui a buscarle. Me lo encontré comiéndole la boca detrás de la barra. Me puse a llorar, me empezó a dolor la barriga, como con contracciones. Me vuelve a decir a decir que estoy loca, y yo empecé a sufrir un ataque de pánico… Yo estaba embarazada. A mí me entra el ataque no como mujer sino como madre. Empecé a llorar , le rogué que me llevara a casa: ‘si te quieres ir, vete andando, yo me quedo con ésta’, me contestó. Y me fui llorando a las 6 de la mañana. Tenía en la cabeza eso de ‘estás loca’ rondándome todo el tiempo».

Rocío Carrasco descubrió que todo el pueblo sabía de ese escarceo con Sonsoles: lo sabían los vecinos, los amigos, los familiares … «Era tanto el clamor que había gente que pasaba por mi casa y me gritaban ‘¡cierva embarazada'».

Y esa noche, embarazada de tres meses, Rocío Carrasco anduvo más de una hora para llegar a casa y tomó una decisión trascendental en su vida: «Yo en ese instante decido que me separo. No sabía cómo ni cuándo, pero todo había terminado. Si a mí me llega a pillar sin estar embarazada, ése no entra en mi casa. Porque a mí me estaba faltando el respeto , no como mujer sino como madre. No entendía cómo alguien podía hacerle eso a otra».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación