La salud de Charlene de Mónaco dispara los rumores de alejamiento y separación

La comunicación oficial guarda silencio. Y la oficiosa, solo filtra fotos sin firma de la princesa consorte, con aspecto frágil y pálida

Charlene de Mónaco Gtres

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Las imágenes muy melancólicas de Charlene de Mónaco , en África del Sur, su patria natal, por «razones de salud» desde hace siete meses, vuelven a alimentar un larguísimo rosario de rumores sobre el «incierto» estado de las relaciones íntimas con su esposo, el Príncipe Alberto II , y la aparente agravación de su estado físico.

Alberto II ha visitado a su esposa en dos ocasiones en siete meses cortos. El verano pasado, el Príncipe anunció que Charlene volvería a Mónaco «muy próximamente». Desde entonces, la comunicación oficial guarda silencio. Y la oficiosa, solo filtra fotos sin firma de la princesa consorte, con un aspecto frágil y pálida.

Charlene y Alberto con sus dos hijos Gtres

Charlene sonríe o mira a la cámara que la fotografía en lugares no identificados. Es evidente siempre una palidez considerable , es decir, que no se ha deseado maquillar; y una delgadez que contrasta mucho con su tradicional forma física de antigua nadadora olímpica en su primera juventud.

Desde el palacio principesco, en Mónaco, se confirma la fragilidad del estado de salud de Charlene. Fragilidad que sería una consecuencia aparente de una sucesión de intervenciones y operaciones, intentando atajar las consecuencias de una infección otorrinolaringólogica. Las fuentes médicas destacan su nula locuacidad.

Mientras la princesa consorte continúa su estancia privada y médica en África del Sur (a 12.000 kilómetros de la Costa Azul), Alberto II continúa su frenética vida social en Mónaco y Francia, esencialmente. Veladas artísticas, participación en certámenes gastronómicos, idas y venidas entre políticos y diplomáticos, relacionadas con los grandes proyectos de modernización y ampliación hacia el mar del territorio de Mónaco.

La «complejidad» poco comprensible de la situación atiza rumores poco o nada optimistas, las más de las veces. Los más pesimistas vuelven a «anunciar» la «ruptura» entre Alberto II y su esposa, que incluso habría iniciado o pedido el divorcio… Hipótesis que las fuentes oficiales descartan con un gesto de «aburrimiento» : «La Princesa echa en falta a sus hijos, a todas horas».

Hay quienes llegan a especular con una «negociación» financiera: 400 millones de euros pudieran «evitar» la «ruptura» y el «divorcio». Hipótesis de imposible confirmación, quizá un poco «apocalíptica».

La sucesión de acusaciones y posibles juicios de señoras y señoritas que pretenden ser madres de hijos de Alberto II, reales o imaginarios, tampoco ayudan a clarificar ni aportar nada a una princesa consorte comprensiblemente cansada de la saga/fuga de antiguas y menos antiguas relaciones, reales o imaginarias de su esposo .

Continuará.

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