«Rara, siniestra, extraña, oscura»: las cuatro palabras con las que Mila Ximénez volvió a la televisión

Corría el año 2003 y Telecinco descubría entonces que cada ataque a Isabel Pantoja provocaba un pico de audiencia. En eso llegó ‘Aquí hay tomate’, le puso una cámara delante y dejó a Mila Ximénez explayarse contra la tonadillera: «Rara, siniestra, extraña, oscura» fueron las palabras que le hicieron desfilar por los tribunales durante 16 años. Isabel quería 300.000 euros por «injurias y calumnias continuadas», pero al final ganó 480. Una victoria pírrica que no había servido para cortar en seco la carrera televisiva de Mila, al contrario. En 2019, tras defender a Kiko Rivera en ‘GH Dúo’ y a la propia Pantoja a su paso por ‘Supervivientes’, colaboradora y cantante se cruzaron en el icónico pasillo de la cadena de Fuencarral y se fundieron en un abrazo que habría hecho llorar de emoción a la mismísima Encarna Sánchez .

Aquello fue una tregua. La guerra siguió su curso. La repentina amistad entre Mila y Kiko Rivera , sellada con dos exclusivas en ‘Lecturas’ que sacudieron la ‘prensa rosa’, hicieron que la periodista inclinara la balanza hacia el hijo, sacrificando a la madre: «Perder a Kiko es como escupir al cielo. No entiendo cómo puedes echar de tu vida a todo el mundo que te ha querido alguna vez», le espetó a Isabel desde ‘Socialité’. Pero Mila fue más allá: «Creo que en el fondo eres una gran perdedora, porque tú realmente sí que lo has tenido todo… ¿Y dónde lo tienes? Escondido, debajo del colchón. Cantora es tu tumba, y tú lo sabes», remató contundente. Mila siempre supo pasar del amor al odio, y viceversa, con una facilidad tan pasmosa como adictiva para los espectadores.

Fue precisamente en otro programa de televisión, ‘GH VIP’, donde Mila se sometió a una de las pruebas que mejor la retrataron ante la audiencia: la conocida como ‘curva de la vida’, que repasa la trayectoria vital a través de distintos hitos emocionales. La periodista se sinceró, realizando un recorrido que parecía una auténtica montaña rusa, con subidas espectaculares y bajadas a los pozos más profundos. De estos últimos llegó a confesar: «Perdí el timón de mi vida. Fueron diez años muy difíciles de los que no me acuerdo de casi nada. Pensé que no iba a levantar cabeza», confesaba. Pero lo logró. No sola, todo hay que decirlo: fue la llamada de Raúl Prieto para ‘Aquí hay tomate’ lo que prendió la mecha de ese cohete que la llevó a los cielos de la popularidad.