Ernesto de Hannover, peligro público

El enlace con Carolina de Mónaco empujó al príncipe a un palco puntero en las páginas del colorín, y ahí se ha venido fundando su mala fama de aristócrata que no siempre gasta finura

Ernesto de Hannover Gtres
Ángel Antonio Herrera

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Lunes

En Estados Unidos, la tele va a dar esta semana, en directo, el juicio de Johnny Depp , contra Amber Heard , la que fuera su esposa, por difamación. El mundo puede convidarse al show, por streaming. Resulta que Amber le acusó de maltrato doméstico , en un periódico. Y Depp pide cincuenta millones de dólares de indemnización, por daño a la imagen. Esto viene de varios años atrás. Amber Heard pidió en su día el divorcio, adjuntando una denuncia por violencia doméstica. No discutiremos nada al respecto, obviamente, pero la prensa que vino siguiendo el caso se divide, aún, entre los que dan credibilidad a la denuncia de Amber, y quienes ven en eso una estrategia para forzar un conflicto de escándalo inacabable, y atajarlo, quizá, con un pacto de billetería. Ella sabrá. Ellos sabrán.

Johnny Deep Gtres

El divorcio se concretó, pero no sus juicios concéntricos de secuela, vienen durando cuatro años, que es cuatro veces más de lo que duró el matrimonio. A mí el enigma de esta pareja me trae dos cosas, preferiblemente: que Amber es una monada de alto misterio, y que Deep es un pirata con gafas, que es la última cosa que usaría un pirata. Amber es un poco pariente de Vanessa Paradis , la mujer anterior de Depp. Ambas resultan un desmayo de rubia que le va muy bien a su empaque de raro desmadejado. Antes, vivió romances con algunas exóticas de su gremio o de otros, como Kate Moss o Wynona Rider . A Depp le llaman alternativo porque es un lord Byron que se hubiera fumado un par de porros, y así no hay manera de fijar a nuestro actor en el escaparate. Siempre le sobra o le falta un collar, una corbata, o una pulsera, porque es de llevar mucho de todo eso, y todo junto, en un barroquismo que es naturalidad. Desde hace años le falta la consorte, que ahí sigue, tras poner en una denuncia que Depp le tiró un iPhone a la cabeza. Y luego, todo seguido y de frente, en medio de denuncias cruzadas. Lo seguro es que Depp parece, en un primer vistazo, un poeta forajido, y en un segundo vistazo puede parecernos un guitarrista que va al gimnasio. Un raro que ha dormido mal, en cualquier caso. Y a saber por qué causa. Amber, para este juicio de serie en serio, aporta testigos de amenidad. El actor James Franco , y Elon Musk , dueño de Tesla. Con ellos dice Deep que le fue infiel Amber , mientras estuvieron casados.

Martes

Si Isabel Pantoja va a la cárcel, finalmente, casi sería un aburrimiento.

Isabel Pantoja Gtres

Miércoles

Las autoridades judiciales, en Austria, ratifican la prohibición de que Ernesto de Hannover maneje armas de fuego. Y de paso le titulan «un peligro para el público». Hannover no defrauda ni en los Tribunales . Pero la calle, la rica y palabrona y golfa calle, que sabe latín en todos los idiomas, le endosó un día también el título de «príncipe de las palizas», que es un título que no le viene de sangre, sino que él mismo se lo ha ganado a fondo, desde que la montó a paraguazos con un cámara de televisión. Este hombre es que nos salió ingobernable y además gasta paraguas de paraguazo. El príncipe es un broncas de mucha alcurnia, en efecto. Fue el marido ausente de Carolina de Mónaco , y ahora vive el amor en Madrid, un amor que se llama Claudia Stianopoulos , hija de la inolvidable Pitita Ridruejo . El enlace con Carolina, la princesa primera de las portadas, empujó a Ernesto a un palco puntero en las páginas del colorín, y ahí se ha venido fundando su mala fama de aristócrata que no siempre gasta finura. Ha logrado, a veces, que las páginas rosas tengan su párrafo de páginas negras. Ha puesto bastante empeño en que las crónicas de banquetes o viajes también sean crónicas de sucesos. Lo de «príncipe de las palizas» se lo puso la prensa alemana, tras aquel episodio de trifulca en el que casi despedaza un paraguas contra la cabeza de un cámara de televisión. Él ha ido revalidando luego el título, con agresiones o encontronazos parecidos. Ahora una jueza, en Austria, añade a sus títulos de príncipe de Hannover o duque de Brunswick el de peligro público .

Jueves

A Borges le asustaban los espejos. A Madonna no.

Madonna Redes sociales

Viernes

Luis Medina tiene algo de guaperas mayor del Guadalquivir, y tiene algo de aristócrata de pasarela, y también algo de Apolo que gusta a los metrosexuales de urgencia y al pijerío de convicción. Luego tiene Luis, a favor de su elegancia, que es duque, y en contra lleva que aún pueden codiciarlo como novio las fans de David Bisbal . Todo eso era hasta esta semana. Porque ahora Medina tiene la titulación de comisionista que se lo gasta en velero . Una titulación que igual le amarga el resto de briosas titulaciones. Le investiga Fiscalía por estafa en el Ayuntamiento de Almeida .

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