Isabel Pantoja, entre la humillación pública y el desprecio de sus hijos y sobrina
De riguroso negro, con una mascarilla a juego y unas gafas de sol con las que intentaba ocultar su lacrimógena mirada, la cantante solo estuvo acompañada por su hermano Agustín
Isabel Pantoja, hundida en su regreso al juzgado: casi se desmaya y rompe a llorar
Isabel Pantoja ha revivido una de las peores experiencias de su vida cuando en 2013 la falta de previsión de los juzgados malagueños provocaron que la cantante fuera asediada por las cámaras de televisión y sufriera una fuerte crisis de ansiedad que acabó en pérdida de conocimiento. Tal y como han confirmado desde el entorno más próximo a Isabel, la cantante jamás pensó que el descontrol se volvería a producir y que volvería a sentir como sus fuerzas flaqueaban ante el implacable trabajo de los gráficos y cámaras de televisión.
De riguroso negro, con una mascarilla a juego y unas gafas de sol con las que intentaba ocultar su lacrimógena mirada , Isabel solo estuvo acompañada por su hermano Agustín. De hecho, mientras declaraba ante el juez, su hijo Kiko protagonizaba un directo en las redes sociales jugando a la videoconsola y subiendo fotografías de un amor sin fin junto a Irene Rosales . No solo él ha decidido no acompañar a su madre en un día tan importante y que puede significar su vuelta a prisión. Chabelita prefería refugiarse al calor de los focos y quejarse del tratamiento dispensado, sin despeinarse, y vestida como si al sonar la campana final se fuera a una gala previa a los Oscar.
Otra que aparecía consternada, abatida, lloricosa y con el suave maquillaje que usan las plañideras famosas que acuden en tropa a los tanatorios de los artistas fue Anabel Pantoja . La sobrinisima se justificaba su ausencia aduciendo a sus compromisos profesionales como si sobre la mesa de quirófano le esperara una operación a corazón abierto. Puro despropósito.
El que también ha aprovechado la coyuntura para buscar el titular fácil ha sido Fran Rivera . El diestro, convertido ahora en algo parecido a un repartidor de carnés de la moral, dijo alegrarse del difícil momento de la viuda de su padre aseverando que a la gente mala le pasan cosas por el estilo. Una afirmación que roza el esperpento porque él también ha tejido problemas de diversa consideración y no creo que se auto considere un ser despreciable.
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