El culebrón político que no deja a nadie indiferente en Alemania

El marido de la ministra de Exteriores ha fichado por una consultora que podría generar un conflicto de intereses

Annalena Baerbock, la Merkel verde

Annalena Baerbock y su marido Daniel Holefleisch

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Se trata ya seguramente del hombre más solicitado en la capital alemana. El marido de la ministra de Exteriores alemana , el también miembro del partido Los Verdes Daniel Holefleisch, acaba de fichar por la consultora MSL en Berlín , una de las más renombradas empresas de lobby, que cuenta en su cartera de clientes con los principales nombres del sector industrial alemán y que toca todos los palos, desde la protección del clima y energías renovables hasta las directivas europeas y el bienestar animal. Siempre ha presumido de buenos contactos con el gobierno y ahora esos contactos quedan bastante a la vista.

Tres semanas antes de las elecciones del 26 de septiembre, MSL creó un nuevo departamento de relaciones públicas denominado ‘Sostenibilidad’ y poco después la formación de la coalición semáforo, en la que el canciller Olaf Scholz gobierna con socialdemócratas, liberales y verdes , comenzaron las negociaciones para el fichaje de su nuevo responsable. En ese momento, Holefleisch todavía trabajaba en Post/DHL, pero Annalena Baerbock había dejado claro en una entrevista de campaña que «si acepto un cargo en el gobierno, está muy claro que mi esposo no continuará con su trabajo allí».

Conflicto de intereses

Lo que nadie esperaba es que dejase ese puesto para ocupar otro que puede crear todavía mayores conflictos de intereses. El nuevo jefe de su marido, Wigan Salazar, considera sin embargo que la situación no presenta ningún problema: «En MSL Alemania trabajan 26 partes interesadas registradas que están en contacto con el parlamento y el gobierno federal en nombre de nuestros clientes; con Daniel Holefleisch hay solamente otra más. Y el contrato de trabajo establece que Holefleisch no tendrá nada que ver con la política de su esposa».

El fichaje, en todo caso, consolida la pareja de poder del momento en Alemania, a la que no hay quien le haga sombra. El secretario general de la CSU bávara, Stefan Meyer, criticaba recientemente en un dominical que «Baerbock manda más en el gobierno que el mismísimo canciller Scholz». «Cada vez es más evidente que existe una rivalidad entre la ministra de Exteriores y el canciller en política exterior. Annalena Baerbock está más presente en general, ha aceptado su papel más que el canciller. Esta discrepancia no solo la noto yo, sino también la población. Se hace evidente un anhelo de que el canciller asuma una posición clara», decía.

Conciliación familiar

Pocos días después de pronunciar estas palabras, la revista ‘Bunte’ desveló que Meyer tiene supuestamente un «hijo ilegítimo», a pesar de que nunca se ha casado, y entraba en su vida personal con tal crudeza que el afectado no pudo evitar llamar al redactor y proferir una serie de amenazas que han forzado su dimisión en pocas horas. Su repentina caída ha dejado claro a todo buen entendedor que los Baerbock- Holefleisch, tanto monta, monta tanto, son intocables.

Lo curioso es que, cuando redujo su jornada laboral y finalmente salió de Post/DHL , donde su remuneración superaba los 10.000 euros mensuales, Holefleisch lo presentó como un paso atrás en su carrera profesional para ocuparse a tiempo completo de las dos hijas de la pareja, de 6 y 10 años. Su esposa había explicado que «gobernar significa estar disponible día y noche, lo que dificulta la vida familiar, pero podré afrontarlo gracias a mi marido», en una entrevista publicada también por ‘Bunte’, «de hecho es él quien se ocupa del colegio, las tareas escolares y el almuerzo».

Ya entonces resultaba difícil imaginar a Holefleisch con el delantal, adscrito a la barbacoa del jardín de su casa en Potsdam, después de haberse ocupado de las donaciones para la campaña de Los Verdes, gracias a sus contactos en el DAX 30. Estas donaciones ayudaron a que Baerbock cumpliese su sueño. De niña quería ser cantante de rock, pero cuando entendió que su voz solo daba para cantar en la ducha volcó sus aspiraciones en la política. Una vez en el poder, ha dato un giro drástico a la línea de Los Verdes en seguridad y defensa, encabezando las reivindicaciones de envío de armas pesadas a Ucrania, paradójicamente desde un partido ecopacifista, y aplaudiendo en pie la designación de un nuevo presupuesto para el Ejército alemán de 100.000 millones de euros solo este año, partida que ha dado nuevas alas a la industria alemana de armamento.

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