Así fue la boda de cuento de hadas de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin
Se dieron el «sí, quiero» el 4 de octubre de 1997 ante 1.500 invitados
Dejando a un lado los eufemismos usados en el comunicado «de común acuerdo» emitido este mediodía a través de la agencia Efe, es un hecho que la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se separan . Emprenden caminos diferentes cinco días después de que se publicasen las fotógrafías el pasado miércoles en la revista 'Lecturas' del ex duque de Palma paseando de la mano de su compañera de trabajo Ainhoa Armentia . Toda la lealtad que le mostró la hija de Don Juan Carlos y Doña Sofía durante los años del caso Nóos, se lo ha pagado con una deslealtad y, para más inri, de qué manera. No hay que perder de vista que paseaba tranquilamente por una playa a la vista de todos, como queriendo dejarse ver con su pareja.
La separación llega después de celebrar -lo hicieron el pasado mes de octubre- 24 años de aquel «sí, quiero» multitudinario en la catedral de Santa Eulalia de Barcelona ante la atenta mirada de 1.500 invitados y la presencia de representantes de 40 Casas Reales, entre ellos, Harald y Sonia de Noruega, el príncipe Alberto de Mónaco y Noor de Jordania, además de los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia.
En las proximidades de la catedral se repartieron claveles a los miles de personas que quisieron acercarse hasta las inmediaciones para ver a los felices novios.
La novia llegó del brazo de Don Juan Carlos con un impresionante vestido, de corte clásico y cuello barco, del diseñador Lorenzo Caprile y con una cola de 3,25 metros de largo . Le sentaba como un guante el diseño.
Platos para todos los gustos
Tras la emotiva ceremonia, los invitados se trasladaron al Palacio de Pedralbes, en cuyos jardines se instalaron unas carpas donde los invitados disfrutaron de deliciosos aperitivos: chistorra, butifarra, jamón ibérico, croquetas y muslitos de codorniz en salsa de soja y chocolate. Más de 300 invitados y varios cocineros se encargaron de hacer las delicias de los invitados sirviendo durante la comida varios menús aptos apra todos los gustos. Entre las cosas que degustaron, quinoa con verduritas y pasta fresca, lubina, suflé de langostinos y emulsión de aceite virgen. Para el postre se sirvió una tarta de chocolate blanco de cinco pisos de altura, realizada por el maestro pastelero Jaime Foix.
Espectáculo pirotécnico y cena
Un día antes del enlace, el ayuntamiento celebraba un espectáculo pirotécnico de las fiestas de la Merced, que el Ayuntamiento de Barcelona decían retrasar hasta el día 3 de octubre para felicitar a los novios por la boda. También se celebró una cena en el palacete de Albéniz de Barcelona.
Todo eso queda ahora como un bonito recuerdo del amor que, en su momento, sintieron el uno por el otro, al igual que los cuatro hijos que tuvieron fruto de su matrimonio. La Infanta Cristina sintió verdadera fascinación por Iñaki Urdangarin cuando le conoció en el año 96, durante los Juegos Olímpicos de Atlanta. Prueba de ese flechazo que sintieron es que no tardaron ni un año en anunciar el enlace.
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