Belén López: «Soy artista por culpa de Lola Flores e Isabel Pantoja»
La actriz habla de sus proyectos y de su recién estrenada canción con el rapero Arkano
Le sería imposible decidirse entre la interpretación o la música, para ella son una necesidad vital
Belén López es una de esas personas que desprende alegría por todos los poros de su piel. Contagia buen rollo con su vitalidad y energía positiva, además de atreverse con cualquier disciplina. Después de consagrarse como actriz, en 2018 decidió aventurarse en el mundo de la música con su primer disco y hoy es una más. Acaba de lanzar junto al rapero Arkano la canción 'Mil mujeres', un título que define a la perfección su pensamiento. «Soy actriz, pero crecí en la barriga de una peluquera. Canto porque es una manera de expresar lo que siento. Cantar es interpretar pero con música, que te eleva mucho más. Si dejara de hacerlo me vendría un poco abajo. Todos somos más de mil mujeres a la vez y en el mismo instante», cuenta en uno de los encuentros virtuales, el primero de este año, que organiza Citroën desde que comenzó la pandemia bajo el nombre de 'Nuevos hábitos, nuevas iniciativas'.
Le sería casi imposible decantarse por la interpretación o la música. Forman parte de esas mil mujeres que es a la vez: «Para mí cantar e interpretar son una necesidad vital . No quiero pensar que haría si tuviera que elegir una o hacer otra cosa porque los pensamientos, como las palabras, sentencian. Pero me dedicaría a otra cosa».
Aunque no son las únicas cosas que hace. Además de su reciente descubierta faceta culinaria tras su paso por el programa ' MasterChef ', López también cuenta con su propia peluquería. Heredó de su madre un centro de belleza en Sevilla que sigue manteniendo. Para ella es muy importante este lugar por, entre otras cosas, «ayudar a poner bella a la gente da una gran satisfacción». «Cuando peinaba en la peluquería de mi madre soñaba con ser artista y cantar. De eso tiene la culpa Lola Flores , que me llevó mi madre a verla actuar, y también Isabel Pantoja », recuerda con añoranza.
Entre sus básicos de belleza, reconoce que no falta en su rutina diaria la limpieza del rostro tanto por la mañana como por la noche, además de peelings, radiofrecuencia y, de cuando en cuando, le ponen plasma rico en plaquetas. También hace meditación diariamente, baila flamenco y regularmente acude a la playa con su Citröen para surfear. Fue su madre la que le enseño la importante de cuidarse tanto por dentro como por fuera. «Me dejó bien entrenadita», dice.
Lo único que se le resiste por el momento a este confeso culo inquieto es la apertura de su propio restaurante : «La vida no me da para tanto». Eso sí no es algo que descarte. Puede que pronto también se aventure con eso. Por el momento disfruta de esa vida a la que está tan agradecida por todo, pero, aunque la gente le diga lo contrario, no siempre está sonriendo: «No estoy todo el día sonriendo, los problemas aparecen y el pensamiento puede llevarte a sitios horrorosos o maravillosos. Hay que reconducir el pensamiento. Lo he hecho toda mi vida de manera innata».
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