Ágatha Ruiz de la Prada, un desfile ecléctico y solidario
Lo mismo pone a desfilar a famosos que sienta en su ‘front row’ desde a Eugenia Martínez de Irujo, a la mujer de Julio Iglesias, el torero Fran Rivera o a Paolo Vasile, CEO de Mediaset
Ser la más veterana de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid tiene que servir de algo. Ágatha Ruiz de la Prada se las arregla para sorprender siempre. Lo mismo pone a desfilar a famosos que sienta en su ‘front row’ desde a Eugenia Martínez de Irujo, a la mujer de Julio Iglesias, el torero Fran Rivera o a Paolo Vasile, CEO de Mediaset. Y por supuesto siempre guarda un hueco para el amor. Solo en uno de los desfiles ha estado vacío. Del innombrable Pedro J. al abogado Patón (como ella le llama cariñosamente), que se ha estrenado este año con nota, no le asustan los flashes y ha resucitado hasta las corbatas de corazones.
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Posó con sus mellizos, dos jóvenes altísimos de 17 años que también habían agathizado con camisa salmón. Pero a lamarquesa de Castelldosrius le gustan las mezclas eclécticas, por eso ha juntado a Andrea Levy, la concejala de cultura, que es una de las máximas defensoras de la moda española y amiga personal, Blanca Domecq , madre de José Manuel Entrecanales, una joven paralímpica sin las dos piernas, travestis y Valeria Quer, la hermana de la joven Diana con la que la diseñadora ha empatizado y a la que está dispuesta amadrinar porque quiere dedicarse al mundo de la moda.
No han faltado las íntimas Tata Peñas y su hija, Carmen Peñas, almas mater de la prestigiosa clínica estética de la capital por donde pasan desde las influencers a los futbolistas del momento. Con el cartel casi lleno para la próxima edición de Starlite, Alejandra García- Sanjuán acompañada de Nina Junot, miembro del patronato de la Fundación Starlite, no quisieron perderse los coloridos diseños para la próxima temporada.
Pendientes de todos los detalles como siempre Catarina de Lancastre y Tristán Ramírez , jefa de prensa y CEO de la marca. Javier Carrera, director creativo, que ha mamado el diseño, ya que su madre interiorista de profesión le ha inculcado el buen gusto desde pequeño. Sobre la pasarela un comienzo original con unas pequeñas modelos agathizadas (hijas de unas amigas) que lanzaban besos a los asistentes, un Omar Montes que ha querido repetir en la pasarela para reivindicar la cuota masculina de la marca y por supuesto no ha faltado el guiño solidario con el pueblo ucraniano. La primera y la última modelo en desfilar eran nacidas en la zona del conflicto y la diseñadora ha cerrado el desfile con la bandera azul y amarilla, como símbolo de esperanza y paz. Ella parece haberla encontrado de nuevo, ahora que ya puede viajar.
