Vino y viajes
Planes de enoturismo por España, de bodega en bodega
Elegimos siete rutas que incluyen visita a un viñedo, hotel y gastronomía, el plan perfecto para una escapada de verano
Viajar con el vino como destino es uno de los mejores planes y uno de los aspectos más atractivos de la profesión de sumiller. Te permite conocer paisajes, costumbres, culturas y gente de todo el mundo. El enoturismo es la pieza clave en este momento para la industria vitivinícola. Está en nuestras manos apostar por un modelo que aporta valor, riqueza y cultura, y que cuenta con multitud de opciones atractivas y diversas.
El vínculo que se establece al probar un vino en la bodega donde se elabora, pisar las viñas, conocer a las personas que están detrás del proyecto y entender sus motivaciones es inquebrantable y definitivo. En nuestro país se produce vino en prácticamente todas las Comunidades Autónomas, por lo que podríamos recorrerlo entero de bodega en bodega. Cualquier época del año es buena para hacer enoturismo, sin embargo en verano , cuando las viñas están en su plenitud, tenemos la oportunidad de ver y probar las uvas en el propio viñedo e incluso presenciar la vendimia.
El enoturismo está estrechamente vinculado no solo con cultura y patrimonio, también con gastronomía . Por ello, las rutas escogidas incluyen bodega, alojamiento y restaurante, el pack completo de disfrute.
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Jerez, Andalucía
Qué plan puede ser mejor que dormir dentro de una bodega con toneladas de historia. En el centro de Jerez , frente al Alcázar y a la Catedral, se encuentra el hotel Tío Pepe. Se trata de un edificio recuperado formado por cuatro casas que fueron el hogar de los trabajadores de la bodega. Después de una noche de descanso se puede visitar el conjunto monumental de bodegas que incluye la Real bodega de la Concha, atribuida a Eiffel, y los jardines Villa Victorina. También el taller de tonelería donde reparan sus propias botas y la Gran Bodega Tío Pepe , construida por Eduardo Torroja, que se cree que alberga más de 15 millones de litros de la bebida. El día puede terminar con un paseo por la Calle Ciegos, con su empedrado original y sus increíbles túneles de árboles y flores. Por la noche una buena idea es acercarse hasta El Puerto de Santa María y disfrutar de Tohqa, restaurante liderado por Eduardo Pérez en el que los protagonistas son 'la candela' y el producto de proximidad. Cuenta con una amplia selección de vinos por copas que van rotando.
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Menorca, Islas Baleares
Alojarse en el hotel Torralbenc permite visitar sus viñedos, probar los vinos de su bodega y disfrutar de una excelente propuesta gastronómica. Inaugurado en 2013 en la localidad de Alaior, está ubicado en una antigua finca agrícola de 70 hectáreas, rodeada de zonas ajardinadas y viñedos con vistas al mar. Hace cinco años, comenzaron a elaborar su propio vino con las uvas de un terreno que había estado 30 años sin ser cultivado. Actualmente hay 16 hectáreas de viñedo en las que conviven variedades autóctonas como la Mantó Negra y foráneas como la Chardonnay con las que elaboran blancos, tintos y rosados. Se pueden realizar visitas guiadas o rutas a caballo por los viñedos, así como catas de los diferentes vinos. Por otro lado, de la mano del chef Luis Loza , asesorado por el hondarribitarra Gorka Txapartegui, el restaurante ofrece una carta basada en los productos locales de temporada. Cuenta con huerta propia y la estrella son los pescados locales que elaboran a la brasa. Durante el verano al equipo de sala liderado por Mónica Olosutean, se suma el sumiller Valentín Checa, que combina conocimiento y simpatía a partes iguales.
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Priorat, Cataluña
Cataluña tiene un fuerte arraigo cultural y gran tradición vitivinícola, con once Denominaciones de Origen. Una de las más recomendables es Priorat , donde impresiona la Cartuja de Scala Dei. La Denominación de Origen consta de 12 villas y Falset es considerada la capital de la región. Allí se encuentra el Hostal Sport, un pequeño hotel familiar fundado en 1923. Hoy en manos de la cuarta generación, con Marta Domènech Tomàs al frente, está especializado en enoturismo, con un profundo vínculo y conocimiento del mundo vinícola y un trato y amabilidad exquisitos. A 10 kilómetros se encuentra la localidad de Porrera, donde se puede visitar la bodega Vall Llach, fundada a principios de los 90 por el cantautor Lluis Llach y su socio y amigo Enric Costa. Hoy se encuentra al frente el hijo de este último, Albert Costa, quien dirige la empresa con maestría, tomando decisiones sensatas sin perder autenticidad. Al visitar sus viñas de Garnacha y Cariñena podremos pisar las llicorellas, suelos de pizarra característicos de Priorat. La visita también merece la pena desde el punto de vista arquitectónico, ya que la bodega se encuentra dividida en dos edificios situados en el centro de Porrera: La Final y Cal Baldrich. Al terminar y sin necesidad de desplazarnos, podemos comer en La Cooperativa, restaurante especializado en producto y vino local.
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Ribeira Sacra, Galicia
Una de las zonas más espectaculares y singulares de nuestro país es la Ribeira Sacra, que comprende los márgenes de los ríos Cabe, Sil y Miño , en el sur de la provincia de Lugo y el norte de la de Orense. Allí se desarrolla la denominada «viticultura heroica» por la complejidad y particularidad que conlleva. Buen ejemplo de ella es la que realiza Adega Algueira, bodega familiar cuyos viñedos se encuentran en las montañas a orillas del río Sil, la mayoría de ellos sobre laderas de hasta 75 grados de inclinación. Además de catas de sus vinos se pueden realizar recorridos guiados en barco a lo largo de sus viñedos. Junto a la bodega regentan el restaurante O Castelo , de comida tradicional gallega. Como opción de alojamiento existen numerosas casas rurales con encanto en la zona o podemos desplazarnos hasta Monforte de Lemos y descansar en su Parador.
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Tenerife, Islas Canarias
Los volcanes son fascinantes. Desde el punto de vista vinícola, las zonas volcánicas son únicas debido a que por sus especiales características están libres de filoxera. Sobrevolar Tenerife y ver El Teide desde arriba es magnífico. En sus faldas se encuentran los viñedos de Suertes del Marqués, ubicados en el Valle de La Orotava, al norte de la isla. Lo más espectacular de la bodega, además de sus vinos, son las cepas centenarias de Listán Negro y Blanco cultivadas en el tradicional sistema de cordón trenzado, único en el mundo. Se trata de una trenza que se hace a mano de forma artesanal con los sarmientos, en viñas viejas pueden alcanzar hasta los 15 metros. Para una experiencia tinerfeña completa, lo mejor es alojarse en el Hotel San Roque, localizado en el casco histórico de Garachico, pueblo precioso declarado Bien de Interés Cultural, y comer en el Silbo Gomero del chef Braulio Simancas.
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La Rioja
Es recomendable conocer Haro , capital del Rioja, con su Barrio de la Estación, lugar emblemático de la ciudad, un enclave que presenta la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo y cuya construcción fue en torno a un eje central y común: la estación de ferrocarril. Las bodegas que lo forman y podemos visitar son López de Heredia, CVNE , Gómez Cruzado, La Rioja Alta, Bilbaínas, Muga y Roda. Haro cuenta además con un nuevo atractivo, la apertura de Nublo por parte del joven chef jarrero Miguel Caño y sus socios Llorenç Segarra, Caio Barcellos y Dani Lasa, todos ex Mugaritz. Su apuesta es por un establecimiento en el que vino y gastronomía estén a la par, pura esencia riojana.
Resulta muy interesante para público de todo tipo y edad el Museo Vivanco de la Cultura del Vino en Briones. Para alojarnos, no podemos perdernos Laguardia, uno de los pueblos más bonitos de España y su Hospedería Los Parajes, donde la Chari nos hará sentir mejor que en casa. Otra opción puede ser el recién renovado Palacio de Samaniego, adquirido por la Baronesa Ariane de Rothschild, quien lo descubrió durante sus viajes para la inauguración de Macán. La renovación del edificio del siglo XVII, monumento histórico protegido duró 14 meses, hasta el pasado mayo. En el mismo pueblo de Samaniego podemos visitar Remírez de Ganuza , donde nos maravillará su pulcritud y métodos innovadores, como el de elaboración de su Trasnocho, o desplazarnos unos kilómetros hasta Macán, el proyecto que une los iconos Rothschild y Vega Sicilia. La propuesta gastronómica en este caso es Alameda, en Fuenmayor, donde comeremos unas de las mejores croquetas y chuletas de nuestra vida, pero siempre dejando espacio para el postre.
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Ribera del Duero
La Denominación Ribera del Duero comprende más de 100 kilómetros de la cuenca del río. En Sardón del Duero se encuentra Abadía Retuerta LeDomaine , donde el antiguo monasterio del siglo XII se ha transformado en hotel de lujo. Existen numerosas propuestas en torno al vino que por supuesto incluyen visitar la bodega. Alberga el restaurante Refectorio, que cuenta con una estrella Michelin y una carta de vinos con más de 500 referencias. La incorporación del sumiller Agustí Peris sin duda termina de encumbrar la experiencia. Por otro lado, en la vertiente soriana de Ribera del Duero, junto a las localidades de San Esteban de Gormaz y Burgo de Osma, Bodegas Dominio de Atauta se descuelga sobre un pequeñoo valle, el valle de Atauta. Allí su enólogo, Jaime Suárez, seguro que es capaz de transmitir su pasión por el vino a todos los que lo visiten. Para alojarse una buena opción es la Posada Real El Lagar de la Navazuela, que también cuenta con bodega subterránea y está situada en La Rasa, una pedanía a 7 kilómetros. Si nos desplazamos hasta Navaleno, en La Lobita, el tándem profesional y personal de Elena Lucas y Diego Muñoz nos proporcionará una experiencia inolvidable.
Hasta aquí los recorridos propuestos, para los que no es necesario que tener ningún conocimiento ni experiencia previa, simplemente ganas de disfrutar. Por supuesto, todas las bodegas citadas admiten visitas, pero siempre es mejor informarse de los horarios y condiciones y reservarlas con antelación. Lo importante es que una vez que descubramos el enoturismo y las personas que hay detrás, no querremos viajar de otra forma.
