Técnicas básicas de psicópata para gente normal como tú

Como adoptar lo más útil de estas conductas para sacar lo mejor de uno mismo ante retos y metas en la vida

MADRID Actualizado: Guardar
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De todo lo malo se aprende, y de todos los malos también, incluso de los psicópatas. Esto es lo que ha querido transmitir el psicólogo clínico César Landaeta H. a través de su nuevo manual «Aprendiendo de los psicópatas», un novedoso estudio sobre las habilidades sociales que despliegan este tipo de personalidades. Así, este profesional invita a convertir el dominio del lenguaje, la persuasión como arma, o la razón frente a la emoción, en armas positivas para nuestro desarrollo personal.

Landaeta parte de la base de que tenemos un concepto equívoco de la definición de «psicópata»: no es únicamente, como nos han mostrado en el cine y las series de televisión o los telediarios, un asesino en serie, sino que también pueden ser personas con actitud victimista, tóxica

o violenta y que se hacen pasar por individuos «normales» con los que convivimos día a día. De hecho, especifica Landaeta, «los psicópatas que nos encontramos con más frecuencia en la vida cotidiana no son desalmados hasta la médula. El mayor porcentaje ellos lo que quiere son riquezas fáciles, poder por los medios que haya lugar, atraer sensuales compañeros a sus camas, reír a mandíbula batiente, o quedar de hielo ante situaciones que a otros les causarían amargos remordimientos».

En especial, puntualiza este psicólogo, el desprecio hacia cavilaciones culposas es la marca de fábrica que los define a todos. Ese sería el primer objetivo propuesto por Landaeta en este libro: copiar el estilo psicopático en el «buen» sentido de filtrar el análisis para librarlo de una autocrítica malsana. ¿Cómo? «Adoptando lo mejor y lo más útil de estas conductas para sacar lo mejor de uno mismo ante retos y metas en la vida», concluye. De esta forma en esta obra él va enseñando a la gente «normal» a manejar su encanto personal, dominar el lenguaje, pensar antes de actuar, y a utilizar el humor en su beneficio «para persuadir, que no manipular», diferencia.

Recomendaciones

Estas son sus tan solo algunas de las pautas que aparecen en su último libro:

1 ) Manejando el encanto personal. Y no estamos hablando necesariamente de la seducción erótica, sino a aquella que se extiende a un gran número de relaciones que establecemos a diario con nuestros semejantes. «Los psicópatas que han ascendido en la escala evolutiva —cuenta Landaeta—, tienen presente la ventaja de asegurarse una primera impresión de calidad, y para ello se esmeran en destacar cuanto atributo —físico o mental— les haya regalado la naturaleza». Se trata de una actitud que podría etiquetarse como: "Yo soy Dios... y te rindes ante mí"». No se trata de ser un galán de revista o una diva de telenovelas, especifica este experto: «lo importante para manejar con efectividad el encanto personal es estimular cualquier rasgo positivo o que agrade a la mayoría de la gente, sin detenerte demasiado en consideraciones neuróticas de autocrítica excesiva».

2) «Hablamos y yo te enredo». El dominio del lenguaje. Hasta el psicópata menos aventajado en su inteligencia se asegura, prosigue este autor, de tener cierto dominio del lenguaje que lo habilite para confundir y maniobrar a su antojo.

3) «Ahora me ves... ahora no». El sutil arte de crear y beneficiarse de la perplejidad. Diversos estudios neurocientíficos han demostrado, según Landaeta, que desconectar los patrones del otro mediante Programación Neuro-lingüística (PNL) o «anclajes» deja su funcionamiento cerebral «literalmente abierto a introducirle órdenes que la persona acepta dócilmente».

4) «Miénteme más». La adulación y la mentira deseada. Esta indicación tiene su base en la teoría de que recompensar un comportamiento para aumentar su probabilidad de repetición o lo que se conoce en el léxico conductista como «reforzamiento positivo». «Pero utilizado como lo haría un psicópata aventajado, claro», aclara Landaeta.

5) Lo positivo y negativo del humor. Ya lo dijo Freud en uno de sus libros menos leídos, «El chiste y su relación con el inconsciente», donde hablaba de la risa como agente desactivador del sistema de alerta consciente. Eso sí, añade este psicólogo, hay una serie de reglas básicas que te deben diferenciar: «No mofarse de los vulnerables o indefensos, o caer en gracia en vez de ser gracioso, y saber cuando parar».

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