La inteligencia emocional evita que los jóvenes con ansiedad, depresión o estrés sean adictos al móvil

Una investigación de la Universidad de Málaga analiza el uso problemático del «smartphone» entre los adolescentes en función de su situación personal

«Si los padres vieran lo que yo veo todos los días, no darían móviles a sus hijos»

ABC FAMILIA

Investigadores de la Universidad de Málaga (UMA) han llevado a cabo un estudio sobre la relación entre el 'distrés psicológico' y la adicción al móvil en adolescentes , y han llegado a la conclusión de cómo la inteligencia emocional se convierte en un factor protector los jóvenes que sufren ansiedad, depresión o estrés.

El uso problemático del móvil , que incluye comportamientos adictivos, antisociales o peligrosos, ha sido reconocido como un problema de salud pública especialmente frecuente entre la población adolescente (entre el 10% y el 30%), según un informe emitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Profundizando en este fenómeno, investigadores de la UMA han analizado la relacionan la rumiación -respuesta desadaptativa en la que la persona piensa de manera continua en lo que le causa malestar- y la inteligencia emocional -capacidad para reconocer las emociones, comprenderlas y manejarlas de manera efectiva- con la adicción al «smartphone». Para ello, se ha contado con una muestra de 1882 adolescentes con edades entre 12 y 19 años (54% chicas y 46% chicos) de la provincia de Málaga.

Otro de los conceptos clave para el análisis es el ' distrés psicológico ', es decir, los «altos niveles de malestar, caracterizados por síntomas de estrés, ansiedad y/o depresión», según explica la investigadora Christiane Arrivillaga , coautora de este estudio junto a Natalio Extremera y Lourdes Rey.

La investigación, publicada en la revista « Journal of Affective Disorders », plantea desde distintas variables: en primer lugar, analiza si el distrés psicológico se relaciona con un uso conflictivo del móvil; en segundo lugar, si la rumiación puede actuar como un mecanismo que ayude a explicar esta relación; y en tercer lugar, si la inteligencia emocional contribuye a amortiguar este efecto.

Rumiación y situaciones negativas

La investigación se centra en aportar evidencias sobre el papel que desempeñan los recursos psicológicos positivos en el bienestar. «Los resultados indicaron que mientras más ansioso, deprimido y/o estresado se encontraba un adolescente, mayor es la probabilidad de que use excesivamente el móvil. Por otra parte, se encontró que al menos una parte de esta relación entre salud mental y uso problemático del 'smartphone' se explica porque la persona rumia como una forma de afrontar las situaciones negativas», afirma Arrivillaga.

Inteligencia emocional como protector

Frente a estos hallazgos, los investigadores también han dado con el efecto positivo de la inteligencia emocional , capaz de amortiguar el distrés psicológico. De este modo, los resultados del estudio sugieren que los adolescentes con un nivel alto de inteligencia emocional que sufren ansiedad, depresión o estrés y tienden a la rumiación como forma de afrontar estos sentimientos, no suelen utilizar el móvil de manera problemática.

«La inteligencia emocional es un recurso que se puede entrenar, por lo que implementar programas de prevención que enseñen a los adolescentes sobre sus emociones y cómo manejarlas puede ser una estrategia efectiva para ayudarles a afrontar mejor las situaciones negativas de su vida y, específicamente, a no desarrollar un uso problemático del 'smartphone'», concluye la investigadora.

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