Con estos síntomas no debes dejar de llevar a tu hijo a consulta, según los pediatras
El miedo al coronavirus hacen que las consultas pediátricas estén vacias, pero hay casos en los que no se debe dejar de ir
La presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) , Concha Sánchez Pina , reconoce a ABC que ha disminuido el número de niños en las consultas desde la declaración del estado de alarma en España. «El hecho de que estén en sus domicilios hace que los pequeños se contagien en menor medida entre ellos el coronavirus o cualquier otro tipo de virus».
Aseguran que es normal que los padres intenten evitar ir al médico en estos momentos, pero Teresa Cenarro, vicepresidenta AEPap, advierte que es necesario que acudan en los siguientes casos:
—Fiebre y rigidez de nuca: la rigidez de nuca se puede valorar con el niño sentado diciéndole que se mire su ombligo, si es capaz de doblar bien el cuello y de verse el ombligo, entonces no tiene rigidez de nuca. La rigidez de nuca, asociada con fiebre y vómitos, nos hacer sospechar de una meningitis.
—Fiebre y petequias: las petequias son las manchas color vino que salen por debajo de una línea trazada entre los dos pezones, o también en los brazos o en las piernas o en la espalda. Empiezan como pequeños puntos rojos que no se quitan al estirar la piel. En los niños con fiebre hay que observarles sin ropa, para vigilar la aparición de las petequias que podrían indicar meningitis.
—Dificultad para respirar: Si un niño respira más rápido de lo normal cuando está sin fiebre o sin llanto, con:
-más de 60 respiraciones por minuto en lactantes menores de dos meses
-más de 50 respiraciones por minuto en lactantes de dos a doce meses
-más de 40 respiraciones por minuto en niños de un año a cinco años
-más de 30 respiraciones por minuto en niños mayores de 5 años
-Si se le hunde la piel por debajo del tórax o entre las costillas o en el cuello por encima del esternón respirando con dificultad, con fatiga o con pitos.
«Tampoco hay que dejar de acudir al pediatra si el niño tiene fiebre varios días seguidos , si no para de vomitar, si hace muchas deposiciones grandes sueltas seguidas y si tiene dolor importante en la parte baja derecha del abdomen, pues podría ser apendicitis aguda. Cuanto más pequeño es el niño, antes hay que llevarle al pediatra», puntualiza Teresa Cenarro.
Hay una forma práctica de conocer estos puntos, consultando el decálogo de la fiebre en la página de Familia y salud: https://www.familiaysalud.es/recursos/decalogos-aepap/decalogo-de-la-fiebre
Si los padres se acercan con su hijo al centro de Salud, Pedro Gorrotxagi , vicepresidente AEPap, recuerda que los pequeños no deben tocar nada ni de la sala de espera ni dentro de la consulta. «A ser posible tienen que estar en sus carritos. Los mayores de un año con fiebre y/o tos deben llevar mascarilla y no acercarse a otros niños ni adultos. Y, si son más mayores, es mejor llevarles de la mano sin soltarles, para que no toquen el mobiliario de la sala de espera ni de la consulta. Y, en cualquier caso, hay que lavarles continuamente las manos y enseñarles a toser en el codo. No obstante, los centros de salud han organizado circuitos diferentes para separar a los enfermos cuyo origen de su enfermedad pueda atribuirse al coronavirus del resto de ciudadanos».
La presidenta de la AEPap asegura que, dado el caso, «los padres siempre van a contactar por teléfono previamente con su pediatra de atención primaria, que valorará la necesidad de acudir al centro. Por teléfono se puede hacer un seguimiento de los síntomas, que en este momento especial puede ser apropiado, sin necesidad de exponer a los niños y a sus familias a riesgos innecesarios», concluye.
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