«Muy pocas personas se paran y reflexionan para cambiar aquello que no va bien en su vida o en ellos»

María Isabel Torrejón, de 30 años y varios intentos de suicidio, desnuda su alma en el libro «Sentimientos en tinta» para transmitir que se puede ser feliz pese a los obstáculos por padecer Trastorno Obsesivo Compulsivo

María Isabel Torrejón nació en Cádiz hace 30 años Ignacio Gil
Laura Peraita

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María Isabel Torrejón nació en Cádiz hace 30 años. Ella sabe muy bien lo que es luchar por vivir y hacer frente a las zancadillas que a veces pone la vida. Con 14 años fue diagnosticada por padecer un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) que convirtió su día a día en un verdadero infierno. Tanto que en dos ocasiones intentó quitarse la vida por las constantes luchas internas entre lo que tenía y lo que quería ser.

La vida no quiso darle la oportunidad de dejarla escapar y, poco a poco, y con mucho esfuerzo y apoyo hoy es capaz de sonreir. Y de hacer sonreir a los demás.

María Isabel no dudó en escribir su historia en un libro «Mi vida contigo y junto a ti», un duro relato en el que narra su enfermedad. Ahora acaba de salir a la luz su segundo libro, «Sentimientos en tinta», donde cuenta sus emociones vividas como persona ya recuperada.

¿Por qué un poemario a los sentimientos?

Porque me sirve para desahogar mis emociones en el papel. Al escribir es como más cómoda y natural me siento, dejándome llevar por mis propios sentimientos.

En el primer libro, el lenguaje era muy claro y entendible; en «Sentimientos en tinta» desarrollo el lenguaje en prosa poética y, algunas veces, las que menos, en poesía. La prosa poética es algo que me sale natural a la hora de expresarme.

¿Cuándo decidiste escribirlo?

Si hay un libro que siempre quise escribir, sin duda era éste. Decidí escribirlo a principios de 2018. Sin embargo, lo dejé estancado durante meses porque me metí de lleno en mi marca comercial «enclavedeisa».

Un día, a principios de 2019, mi querida abuela a la que llamábamos cariñosamente Mami, murió. Al despedirme de ella, aparte de muchas más cosas, le dije que terminaría el libro por ella y para ella, y que así siempre podría llevarla conmigo.

¿Crees que la juventud actual dedica poco tiempo a analizar sus propios sentimientos?

He visto jóvenes muy profundos, que se analizan y se paran a pensar en sus sentimientos, así como adultos que viven sin profundizar en esas cosas. Creo que hay de todo en todas las generaciones.

Pero lo que sí es cierto es que no abundan las personas que se detengan a pensar lo que sienten o el momento en el que están; que se paren a reflexionar para intentar cambiar aquello que no va bien en su vida o en ellos.

¿Crees que desnudar el alma es una debilidad?

Estoy segura de que no lo es. Es una cualidad.

¿Y una fortaleza?

Te hace fuerte en el sentido de que maduras tu interior, te conoces mejor, puedes cambiar cosas que no te gustan de ti si te lo propones. Expresas libremente lo que sientes y no te da miedo lo que piensen o digan. En definitiva, eres libre.

¿Qué debería cambiar para que esa mirada hacia el interior fuera más habitual en nuestra sociedad

Deberíamos ser menos críticos con los demás y más con nosotros mismos. También pararnos a ver en qué momento estamos de nuestra vida y si es la vida que queremos tener o no. Si la respuesta es no, puedes expresar tu malestar pero tu obligación es analizar posibles soluciones. No esconder nuestras emociones. Decir todo lo que queremos expresar, aunque sea por escrito para nosotros mismos, etc.

¿Se es más abierto a mostrar sentimientos después de tocar fondo en la vida?

He visto muchos casos, incluido el mío en el que sí. En mi caso toqué fondo y volví arriba para ser mejor, para ayudar a serlo. Para levantarme por la mañana y pensar en la de cosas bonitas que seguro me van a pasar hoy. Para acostarme en la cama y pensar en todo lo que disfruté ese día. Para escribir, para luchar, para ser feliz.

¿Qué mensaje de ánimo darías a aquellas personas que tengan en su mente la idea de que no merece la pena vivir?

Mi mensaje para ti es que no desistas. Que sigas caminando en la vida aunque sea por inercia. Y con caminando me refiero a vivir. Vivir es tu única misión. Y tienes que hacerlo como el que va a trabajar sin ganas, pero tiene que ir para subsistir.

Tú tienes que vivir, ya que si lo haces, lo creas o no, va a llegar un día en el que, como me pasó a mí después de mucho tiempo y sufrimiento, todos esos pensamientos acaban y sientes que es mejor. Me di cuenta cuando me tomé un refresco y pensé lo feliz que era con eso... Ahí descubrí que era feliz con solo ese momento, que no me estaba atormentando por nada más. Que llevaba ya un tiempo disfrutando con cosas como esas. Y es que ese es el secreto de la felicidad, disfrutar de las pequeñas cosas y los pequeños momentos que son los que nos hacen sentir.

¿A quién va dirigido este libro?

Especialmente a los sentimientos de cada persona que se interese por él. Intentando llegar a lo más profundo de cada uno de ellos; intentando que puedan experimentar, ver si se eriza su piel leyendo cómo expreso lo que sentí, para que, al mismo tiempo, puedan recodar lo que sintieron ellos en una situación similar.

«Sentimientos en tinta» intenta conectar directamente mis emociones con las del lector. Mi vida con la suya. No importa lo poco o lo mucho que mi historia tenga que ver ellos. En este libro he desnudado mi alma con palabras y he abierto las puertas de mi corazón para que quien lo lea pueda adentrarse por completo en él, y en la mente de una chica con TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) que, tras años muy duros ha conseguido ser feliz pese a todos los obstáculos encontrados y superados, y los que aún se interponen en su camino.

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