Los nacimientos de hijos de mujeres españolas, al mismo nivel que en el siglo XVII

El demógrafo Alejandro Macarrón alerta del bajo índice de nacimientos en nuestro país

Carlota Fominaya

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Las cifras hablan por sí solas. En 2016 se registraron en España un total de 408.000 nacimientos, de los cuales solo 312.898 eran bebés de madres nacidas en España, según se extrae de los datos publicados recientemente por Eurostat y que ha recogido el demógrafo Alejandro Macarrón, autor de libros como «El suicidio demográfico de España» y «Suicidio demográfico en Occidente y medio mundo: ¿a la catástrofe por la baja natalidad?» . «Estos nacimientos son unos 108.000 menos que los ocurridos en 1939, año de zozobra y pobreza en una España que contaba solo con 25 millones de habitantes», advierte.

La cifra, prosigue Macarrón, también puede verse de las siguientes maneras, a cual más llamativa. Así, explica este experto, «los hijos de españolas de origen nacidos en 2016 son 243.000 menos que los de 1858, primer año de la serie histórica del Instituto Nacional de Estadística (INE) , momento en el que nuestro país contaba con unos 15 millones de habitantes. O que estos nacimientos son 360.000 menos de los registrados en 1976, momento en el que España tenía un total de 36 millones de españoles». Es decir, remarca, «que es un número no visto desde hace tres siglos o más, cuando España tenía menos de 8 millones de habitantes».

La tendencia a la baja continúa. «Casi con total certeza podemos decir que en 2017 habrá entre 280.000 y 290.000 bebés de madres nacidas en España, que es un nivel del siglo XVII o principios del siglo XVIII, cuando había en nuestro país 7 millones de habitantes. Estamos inmersos en un proceso de suicidio demográfico catastrófico para el país», denuncia el también director de la Fundación Renacimiento Demográfico ,

Nuestras escuálidas tasas de fecundidad, prosigue, también «nos abocan a un país cada vez más avejentado y en progresiva despoblación, salvo que repunte pronto y mucho la natalidad, o se produzcan nuevos aluviones masivos de inmigración extranjera». El fenómeno no es exclusivo de España, pero «aquí es más intenso que en la media europea y no se han puesto en marcha esfuerzos reales para paliarlo. Eso sí, aunque no es suficiente, al menos se empieza a dejar constancia del tema».

Entre las medidas que se pueden adoptar para fomentar la natalidad Macarrón sugiere que «los poderes públicos, las elites y los líderes de opinión deben hacer de la recuperación de la natalidad hasta 2,1 por mujer una prioridad estratégica», además de introducir incentivos económicos a la natalidad: «reducciones razonables en el IRPF y en las cotizaciones a la Seguridad Social (mayor cuantía a las madres, pero no solo a ellas, y sin olvidar a las "inactivas"), y dar pluses en pensiones, según el número de hijos de cada uno, por la aportación de los más fecundos al futuro del país, aliviando con ello lo que cuestan los hijos», además de «no cargar a las empresas los costes de la maternidad y paternidad».

Las previsiones para 2017

En definitiva es necesario, insiste este experto, «un cambio cultural pro-natalidad y pro-familia, de valores sociales y ciertas leyes en favor de la natalidad y de la familia. Si eso se logra, lo demás vendrá por añadidura. Sin una mejora sustancial de nuestras tasas de fecundidad, cada nueva generación de españoles será –ya lo es–, mucho menos numerosa que la anterior, y seremos pronto un país donde nuestra sostenibilidad económica y social esté seriamente comprometida».

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