Cómo aceptar que el aburrimiento es parte de las vacaciones

Claves para desconectar mentalmente y disfrutar del descanso durante el verano

Laura Peraita

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No queda nada para las vacaciones de muchos españoles, incluso quizá alguien esté ya leyendo este artículo disfrutando de ellas en una bonita playa. Se trata del periodo del año más ansiado por aquellas personas atrapadas por rutinas estresantes. Pero, a pesar de ello, hay quienes al alcanzarlas no disfrutan como esperaban porque no saben desconectar o se sienten mal por tener mucho tiempo "para no hacer nada". ¿Qué ocurre entonces?

Según Gema Fuentes , psicóloga de Crece Bien , no desconectar correctamente durante las vacaciones hace que nos sintamos más estresados, con más fatiga y menos satisfechos. «Es como si entrenásemos siete días a la semana a un ritmo alto sin descansar Al final, tus músculos y tu mente se resentirán. Y esto es válido tanto para los adultos como para los niños y adolescentes porque los más pequeños y los jóvenes también necesitan desconectar, más aún si tenemos en cuenta que el último mes del curso escolar es una etapa complicada, estresante y exigente. El periodo de vacaciones nos permitirá no sólo descansar sino también desconectar y liberar todo ese estrés acumulado».

Hay adultos para los que tener tiempo libre por delante les hace sentir agobiados, con cierta sensación de perdida de tiempo, ¿cómo evitar estos pensamientos?

En primer lugar, es importante aceptar los pensamientos y las emociones que tenemos. ¡Son automáticos y no podemos evitarlos! Lo que sí podemos hacer es gestionar lo que hacemos cuando aparecen. En muchas ocasiones sufrimos este tipo de agobios porque nos sentimos culpables por no hacer nada que consideremos “productivo”. Es cierto que a lo largo del curso estar un tiempo prolongado sin hacer nada supone normalmente evadir alguna responsabilidad, por lo que es común que esta sensación la sigamos manteniendo.

Una idea que nos puede ayudar a gestionar esta situación puede ser repasar mentalmente o por escrito todos los logros que hemos realizado este curso. Nos sirven como ejemplos un adolescente que haya aprobado todo el curso o un adulto que haya terminado un proyecto importante en el trabajo. Hacer un repaso de lo que hemos hecho nos ayudará a ver todo lo que hemos conseguido con nuestro esfuerzo y sacrificio. Otra actividad que nos ayuda a gestionar estas sensaciones consiste en realizar una lista con actividades de ocio que nos gustaría hacer. Esto nos da un propósito y, de paso, nos permite centrarnos en actividades que nos ayuden a desconectar y relajarnos.

¿Cómo aceptar el aburrimiento como una parte de la vida, del tiempo de descanso?

Para poder aceptar el aburrimiento es fundamental entender para qué sirve. En primer lugar, el aburrimiento nos permite encontrar nuevos intereses y nuevos hobbies. Imaginemos que estamos en casa y nos sentimos aburridos. De pronto un amigo nos invita a un concierto de un grupo de música que no conocemos y como estamos aburridos, decidimos ir. De esta forma podemos descubrir que ese grupo de música nos gusta y de otra forma quizás no lo hubiéramos descubierto. Lo mismo pasa con los niños: cuando están aburridos y buscan salir de esa situación, descubren otras actividades o entretenimientos que hasta ahora les eran desconocidos. Quizás no hubieran llegado a ello si no hubiera sido gracias al aburrimiento.

En segundo lugar, el aburrimiento también sirve como señal de alarma que nos indica que las actividades que estamos realizando no nos motivan lo suficiente o que no son de nuestro agrado. Nos hace replantearnos si realmente disfrutamos con lo que hacemos por lo que puede ser el punto de partida de cambios a mejor.

¿Cómo afrontar después la vuelta a la rutina del año?

Para poder afrontar el nuevo año es positivo ir volviendo a la rutina de forma escalonada. Esto nos permite ir adaptándonos sin que suponga un shock. Por ejemplo, es recomendable que las últimas semanas vayamos amoldando el horario de sueño poco a poco, para que la transición no sea tan brusca. Otro recurso puede ser de nuevo crear una lista de objetivos que queramos cumplir. Esto es muy útil porque, en este caso, nos motiva y nos anima a trazar nuevos retos para el nuevo curso.

¿Qué tres claves considera importantes para desconectar mentalmente?

Si bien es cierto que la teoría es sencilla, llevarlo a la práctica no lo es tanto. Para desconectar mentalmente recomendaría tres cosas fundamentalmente:

—Crear una lista con cosas que nunca tenemos tiempo de hacer. Durante el curso el tiempo que tenemos es limitado. Una buena idea, según Gema Fuentes, es escribir todas esas cosas que querríamos hacer pero no podemos por falta de tiempo y ponerlas en práctica durante las vacaciones. Pasar de tener un sueño a un objetivo.

—Practicar la relajación. Es importante que aprendamos a relajarnos. Para ello podemos simplemente hacer algo que nos transmita paz como pintar o pasear, pero también podemos recurrir a técnicas de relajación tradicionales consistentes en concentrarnos en el aquí y el ahora, ir relajando cada parte del cuerpo y poner la atención en la respiración. Unos minutos al día nos ayudarán a resetear.

—Más vida analógica y menos vida virtual. ¿Cuántas horas al día pasamos conectados, revisando el correo, las notificaciones, los mensajes de WhatsApp? Aunque Internet y las redes sociales son muy útiles, y en muchas ocasiones nos facilitan nuestro día a día, también son una fuente de estrés. La psicóloga Gema Fuentes insiste en que debemos aprender a desconectar de la tecnología para poder conectar con las pequeñas cosas.

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