El futuro del medio rural: en peligro por la desigualdad que sufre la mujer

Las mujeres que viven en pueblos sufren una doble discriminación, por serlo y por vivir en un entorno con menos oportunidades, por lo que terminan abandonando sus orígenes en busca de oportunidades

Una mujer vendimia en Montilla (Córdoba) en agosto de 2016 EFE/RAFA ALCAIDE
Nieves Mira

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Son seis millones de mujeres, representan al 48% de los habitantes en las zonas rurales, pero a pesar de estar más formadas que los hombres (las mujeres con estudios superiores son el 11,9% del total frente al 8,4% de ellos) y de suponer el 54% del emprendimiento del empleo autónomo, sufren en mayor medida el desempleo y se ven forzadas a abandonar el ámbito en el que nacen para buscar ofertas laborales en las grandes ciudades. En sus manos está la desaparición de los pueblos , pero a pesar de ello sufren una doble discriminación: ser mujer y vivir en el entorno rural con menos oportunidades.

Para la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural (LDSMR), zona rural son todos aquellos municipios y entidades locales con una población de menos de 30.000 habitantes y una densidad inferior a 100 habitantes por kilómetro cuadrado, según reconocen desde Afammer , la Asociación de Familias y Mujeres en el Ámbito Rural, que se encarga de promocionar el papel de la mujer en este ámbito. Su presidenta, Carmen Quintanilla , alerta del problema que surgirá de aquí a pocos años si las mujeres se marchan y nuestros pueblos desaparecen: « Con su huida se producen menos nacimientos y nuestra población seguirá envejeciendo progresivamente. Si queremos garantizar el futuro de nuestros pueblos y el futuro agrario del campo, es necesario contar con las mujeres facilitando que puedan ser titulares y cotitulares de las explotaciones agrícolas y que puedan trabajar y liderar las empresas del medio rural».

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los

Carmen Quintanilla, presidenta de Afammer

nacimientos no son suficientes para compensar el número de defunciones que se producen, debido a las bajas tasas de fecundidad. Este problema se une al del envejecimiento de la población, que provoca que la tasa de mortalidad sea elevada y no se reponga el número de muertes con el de los nacimientos. Así, la población rural experimenta pérdidas de en torno a 20.000 habitantes anuales , como señala Margarita Rico en «La mujer y su relevancia en el proceso de desarrollo rural español». Rico, profesora de la Universidad de Valladolid, apunta en las conclusiones de ese mismo informe que es en el mercado laboral «donde las diferencias entre hombres y mujeres son mayores: menor integración al mercado de trabajo, más paro, menor retribución y escasa participación en puestos de dirección y control».

Mejor formadas

Las dificultades que se encuentran las mujeres en el sector empresarial se agravan aún más al traducirlas al ámbito rural. «A pesar de que cada vez están mejor formadas y preparadas para liderar tanto cooperativas como otras empresas, para los socios es impensable que una mujer pueda presidir o ser miembro del Consejo Rector de una cooperativa que toda la vida ha estado gestionada por hombres», señala Quintanilla. En consecuencia, tres de cada diez habitantes rurales aún piensa que la mujer tiene que abandonar su puesto de trabajo cuando tiene su primer hijo.Contra esta realidad solo cabe la educación y «romper con esta mentalidad patriarcal que aún impera en el medio rural», añade. Desde su asociación, creada en 1982, se realizan talleres y campañas de sensibilización por toda España para tratar de enseñar la importancia de la inserción laboral, el emprendimiento y el liderazgo de las mujeres en las empresas.

Diversos estudios han demostrado el valor añadido que aportan las mujeres cuando están al frente de una empresa: ponen lo mejor de ellas mismas, inspirando y animando a su equipo. Por ello mismo, según Quintanilla, «apostar por el liderazgo de las mujeres es apostar por el futuro y el desarrollo de las empresas del medio rural, pero sobre todo , por el de los pueblos en los que se ubican». En concreto, supone el 85% del territorio nacional y aglutina al 20% de la población , además de ser el soporte del sector primario. Avanzar en igualdad supondrá también hacer frente a otro problema que dejaba entrever el informe AROPE, de 2017, que destacaba que el 35% de la población rural vive en riesgo de pobreza o exclusión social.

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