«El coste medio de la enfermería escolar suele ser menos que un desayuno por alumno al mes»

Hablamos con Jesús Ruiz, CEO de Schoolnurses, sobre el vital papel de un servicio que «puede cambiar la vida de los hijos o incluso salvársela»

Ana I. Martínez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La enfermería escolar fue una de las grandes protagonistas durante la pandemia con la apertura de los colegios en septiembre de 2020. Desde entonces, su figura ha vuelto al ostracismo a pesar de que estos profesionales y centros educativos insisten en que tienen un papel clave en la prevención, atención de la salud, detección precoz y formación de pacientes .

«Es una figura muy desconocida en general pero también por directivos escolares», explica a este diario J esús Ruiz , CEO de Schoolnurses, empresa especializada en enfermería escolar. «La pandemia ha dado protagonismo a esta figura que empieza a ser más conocida y demandada por parte de familias y personal docente. No obstante, al no ser obligatorio, muchos colegios no la incorporan por falta de presupuesto o, si son bajo conciertos, es una servicio voluntario», lamenta el reponsable.

El papel de la enfermera escolar va más allá de la mera intervención en accidentes. Entre otras prestaciones sanitarias, realiza disgnósticos, un triaje temprano de posibles enfermedades o da medicamentos con seguridad a cualquier niño que lo requiera durante las horas lectivas. También promueve la salud dentro de la comunidad escolar , educa al personal del centro o planifica las intervenciones educativas a lo largo del año escolar y las evaluaciones correspondientes. Todo ello para que, desde edades tempranas, conozcan la importancia de llevar a cabo una vida y hábitos saludables . Solo así se convertirán en adultos sanos que irán menos al médico y requerirán de menores hospitalizaciones por padecer patologías crónicas.

«Precisamente por el desconocimiento que hay, muchos tienen dudas de si será un servicio viable», lamenta Ruiz. «Lo curioso -continua- es que el coste promedio entre alumno al mes de un servicio que puede cambiar la vida de sus hijos o incluso salvársela, suele costar menos que un desayuno».

Otro de los inconvenientes por los que esta figura no es común en España es por la disparidad de criterios : «A pesar de que la ley les reconoce como Autoridad Pública competente en el contexto escolar, o ante una emergencia, es decir que debería primar su criterio sanitario frente a ideas o pareceres, vemos con trizteza que se vuelve a relegar su opinión, recomendaciones y criterio basado en evidencias científicas a lo que paute la dirección del centro, lo que considere el profesor o se ordene desde Educación».

A diferencia de otros países, en España, esta figura no es obligatoria. «Salvo en algún colegio de Educación Especial donde hay alumnos que requieren forzosamente de esta figura», puntualiza el responsable. «En la Comunidad de Madrid al menos sí se ha apostado más por esta figura, pero a nuestro entender con una estrategia poco efectiva ya que se suele facilitar personal desde las DATs territoriales solo a aquellos colegios públicos que tiene algunos alumnos con patologias concretas y no como refuerzo de los Proyectos Educativos. En el caso de los colegios concertados se limitan mucho las ayudas», explica.

España, a la cola

La recomendación de la Asociación Internacional de Enfermería Escolar es de una enfermera por cada 750 alumnos y una por cada 350 en aquellos centros que se dediquen a la educación especial. Según Schoolnurses, Estados Unidos y los países nórdicos cumplen con creces estas cuantificaciones. En Finlandia, por ejemplo, la presencia de la enfermera escolar es de una por cada 600 alumnos y una profesional por cada 300 en centros de educación especial.

Nuestro país, sin embagro, se encuentra por debajo de la media recomendada, ya que son 8.500 alumnos de media por cada enfermera, según la compañía.

«El dinero puede ser una excusa, pero realmente apostar por esta figura, segun nuestras estimaciones, supondría una inversión anual de aproximadamente 800 millones de euros. Pero en muy poco tiempo y solo en ahorro sanitario en tratamiento de enfermedades prevenibles (obesidad, tabaquismo, drogadicción), si nos creemos apenas un 10% del potencial de mejora que han conseguido otros países como Finlandia, nos ahorraríamos probablemente más de 5.000 millones anuales», detalla Ruiz. Sin embargo, apunta, «el 'negocio' de prevenir o detectar precozmente, por desgracia, no da tanto dinero ni se puede cuantificar tan bien como lo es el de curar o tratar a enfermos».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación