El pasado nazi de los padres de Karl Lagerfeld marca su nueva biografía

El autor Alfons Kaiser entrevistó durante 13 meses a cien personajes del entorno familiar

María Luísa Funes

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«He tenido los padres perfectos : un padre que me consentía todo y una madre que me ponía en mi sitio con algún capón». Así describía Karl Lagerfeld hace un par de lustros la relación con sus padres, a los que una nueva biografía sobre el alma de Chanel califica como pertenecientes al partido Nazi.

Alfons Kaiser , periodista del «Frankfurter Allgemeine Zeitung», es el responsable de esta nueva biografía, llamada «Un alemán en París», aún únicamente disponible en alemán. Coincidió por primera vez con Lagerfeld en un desfile de Fendi en 1999 y desde entonces cubrió su trabajo. A la muerte del modisto alemán, Alfons fue contactado por la editorial C.H.Beck para llevar a cabo una biografía certera y bien documentada, proyecto que inicialmente rechazó para luego cambiar de opinión. Alfons entrevistó durante 13 meses a unos cien personajes del entorno personal y profesional de Lagerfeld, consiguiendo información jugosa, detalles curiosos e incluso fotografías inéditas, como la de Karl a los 3 años paseando por el parque con su institutriz .

El diseñador, a los tres años, con su niñera ABC

Al biógrafo, Alfons Kaiser, le sorprendieron las revelaciones de Gordian Tork, nieto de la tía carnal de Lagerfeld, Felicitas Bahlmann, así como las de Thoma Schulenburg , hija de la hermanastra de Karl. Entre las cartas que Gordian Tork mostro al biógrafo, había varias misivas de la madre del diseñador Elisabeth Bahlmann a su hermana Felicitas Bahlmann; en ellas, siempre escritas a máquina, explicaba cómo se había convertido en miembro del partido Nazi, atraída por las falsas promesas del Fürer de restaurar Alemania tras la Primera Guerra Mundial.

Arrepentimiento

Alfons Kaiser también explica que cuando Elisabeth Lagerfeld Bahlmann presenció las deportaciones de judíos en 1941 - aún no se conocía de modo generalizado la existencia de los campos de concentración a los que iban destinados- su decepción fue supina y dejó aparcadas su ideología y su insignia nazi. No obstante, y quizás por miedo a represalias, ni Elisabeth anuló entonces su afiliación al partido nazi, ni Otto Lagerfeld, el padre del modisto , ocultó su pertenencia al mismo. Otto explicó tiempo después que era el único modo de proteger su importante negocio de leche condensada, que por cierto servía al Tercer Reich.

Evidentemente, nada tenía esto que ver con Karl Lagerfeld, que entonces era solo un niño y nunca estuvo alistado en las Juventudes HItlerianas . Karl recordaba que sus padres no solían hablar de política delante de él. Si bien es cierto que la madre de Lagerfeld fue siempre dura con él, también lo es que fueron su buen gusto y su interés por lanzar a su hijo profesionalmente los motivos que impulsaron al joven a dedicarse a la moda. Elisabeth protegió a Karl de un pasado familiar pro-nazi enviándole a vivir a París, una protección que fue recíproca con la discreción, el reconocimiento y los devotos cuidados de Karl a su querida madre, con quien sus cenizas yacen para siempre.

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