Paz Vega: «Sacrifiqué mucho por agarrar ese tren que me llevó a Hollywood»

Con su debut como directora entre manos, recuerda su marcha a Los Ángeles como una de las mejores decisiones de su vida

Paz Vega Johnnie Walker

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«Lucía y el sexo» fue el golpe de suerte de Paz Vega (Sevilla, 1976). El filme de Julio Medem le valió un Goya como actriz revelación y le dio la oportunidad de embarcarse en una de las mayores aventuras de su vida: Hollywood , el sueño de cualquier actriz en aquella época. No tenía ni 30 años cuando la andaluza hizo el petate para cruzar el charco sin saber nada de inglés y dejando atrás todo lo que conocía hasta ese momento. El sacrificio mereció la pena. Consiguió hacerse un nombre en la industria estadounidense antes de regresar a España, 14 años después y de la mano de su marido, el venezolano Orson Salazar , con el que ha formado su «tribu», como a ella le gusta llamar a su familia de tres hijos: Ava, Lenon y Orson Salazar Jr. Las dificultades a las que se enfrentó no impidieron que siguiera caminando con paso firme, como el lema de Johnnie Walker, «Keep Walking», en la celebración de sus 200 años de historia, marca de la que es embajadora. Sobre brindis, familia y proyectos charla Vega con ABC.

«Confinamiento» ha sido la palabra elegida por la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) como la que mejor define este 2020 que ahora acaba. ¿Cómo lo vivió con su «tribu»?

En familia casi que lo disfrutamos, aunque con la preocupación lógica por todo lo que estaba pasando. Pero no tener que llegar a ningún sitio, ni levantarse a una hora...

¿Ha sido de las que ha hecho y aprendido un montón de cosas?

Al estar más tiempo en casa, sí que me dediqué a la cocina, sobre todo a hacer postres con mi hija. Como hasta entonces me había pasado media vida en hoteles, esto ha sido una gozada. Necesitaba ese parón y mis hijos también.

Grabó una de las primeras películas posconfinamiento, «La casa del Caracol», y con su hija Ava nada menos...

He podido comprobar que Ava ha disfrutado del rodaje de una manera muy intuitiva, sin ningún tipo de miras. Se ha sentido cómoda y, como madre, ver que le gusta lo mismo que a mí, es muy emocionante.

¿Le daría algún consejo?

Uno no, muchos… tantos que en el set me decía «mami, pesada». Pero como se lo diría a un compi, que te permite entablar ese diálogo de ayuda mutua.

¿Le gustaría que sus hijos siguieran sus pasos?

Es una profesión inestable y hay que estar preparado psicológicamente. Que mis hijos también sientan este amor y esta pasión sería el mayor regalo, pero que sean lo que quieran ser. Lo importante es que eso que elijan les haga felices, como si trabajan de panaderos. ¡Qué hay más bonito que amasar pan y alimentar a la gente!

Mañana cumplirá 45 años, ¿se cuida más que antes?

No, exactamente igual desde que tengo conciencia de que hay que cuidarse: comer sano, la base de todo; dormir las horas necesarias, hacer ejercicio sin obsesionarme... Antes había que ser apolíneo para estar en una pantalla y ahora no.

¿Qué queda de aquella Paz Vega de «Lucía y el sexo»?

Las personas no cambiamos. Sí tengo más experiencia y, en mi profesión, siento que cuanto más vives y más trabajas, menos sabes. Me siento igual, pero con toda esa maleta llena de cosas.

A esa Paz del pasado, ¿qué le diría?

Sigue con esa ilusión y esa valentía que te trajo hasta Lucía, porque eso hizo que dejara a mi familia para dedicarme a ser actriz y llegar a EE.UU.. Nunca me he puesto metas, se me han presentado oportunidades y las he ido aprovechando, algunas con más fortuna que otras, como todo en la vida. Yo he tenido golpes de fortuna y también he trabajado y sacrificado mucho por agarrar ese tren que me llevó a otro país. Nunca nada es cien por cien perfecto.

¿Se arrepiente?

Es de las decisiones de las que más orgullosa me siento: haberme liado la manta a la cabeza y haber dicho sí sin saber inglés, sin contactos... solamente con una oferta de una película (mi golpe de suerte). Se acabó la película y lo demás ya fue trabajo y ganas.

¿Cómo es rodar con Covid?

Un acto de fe y de responsabilidad, sobre todo de los productores, que asumen ese riesgo. He hecho dos pelis en pandemia y no hubo contagios, en parte porque en esta profesión, aunque nos ven como algo díscolos y titiriteros, somos muy responsables.

Tendrá su propio acto de fe con «Rita», su ópera prima como directora

Tengo muchas ganas de dirigir y ponerme detrás de la cámara porque son muchos años recibiendo órdenes delante y viendo las cosas desde un ángulo que me apetece ahora cambiar. Quiero estar al otro lado y contar la vida desde mi mirada. Deseo que el 2021 me traiga este regalo.

¿Cómo está viviendo las Navidades?

Son unas fiestas para meditar y reflexionar. Son especiales, muy de recogimiento y de recordar a los que se han ido y de brindar por esos científicos, sanitarios y gente que ha estado y que sigue estando en primera línea.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación