Las Spice Girls de Kim Jong-un dan la espantada en China

La Banda Moranbong, la más famosa de Corea del Norte, suspende a última hora los conciertos que iba a dar en Pekín

CORRESPONSAL EN PEKÍN Actualizado: Guardar
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Iba a ser el concierto del año en Pekín, pero se ha quedado en un fiasco mayor que si Madonna hubiera cancelado poco antes de empezar su último espectáculo en el Madison Square Garden. Y eso que las que iban a cantar no eran las más rutilantes divas del pop internacional, sino la Banda Moranbong, el grupo más popular de Corea del Norte.

Formado por una veintena de atractivas jóvenes, se trata del conjunto favorito de su joven dictador Kim Jong-un, quien las selecciona junto con su esposa, Ri Sol-ju, que hace años cantaba en la Orquesta Unhasu. Con profusión de sintetizadores y violines, su repertorio no solo se basa en himnos propagandísticos ensalzando al régimen estalinista norcoreano, como «¡Nuestro Querido Líder!» o «Próspera era del Partido de los Trabajadores», sino que incluye el «My Way» de Sinatra o el épico tema que sonaba cuando Stallone subía las escaleras del Museo de Filadelfia en «Rocky».

Aunque a bastante distancia de las atrevidas Spice Girls, las Moranbong han revolucionado el panorama musical de Corea del Norte y hasta la estética femenina en este represivo país, poniendo de moda sus peinados, las faldas cortas y los tacones.

Saliendo por primera vez de sus herméticas fronteras, la Banda Moranbong iba a tocar esta semana durante tres noches en el Auditorio Nacional de Pekín. Reservadas solo para miembros del régimen chino y cuadros del Partido Comunista, sus actuaciones habían despertado gran expectación por su significado político. En su única muestra de «poder suave», el cruel régimen de Pyongyang, que dirige con puño de hierro los últimos vestigios de la Guerra Fría, enviaba a sus estrellas para mejorar sus relaciones con China, deterioradas desde que su obeso dictador sucediera a su padre, el «Querido Líder» Kim Jong-il, a su muerte en 2011.

Pero, cuando todo estaba ya preparado, las Moranbong dieron la «espantá» el sábado horas antes de su primer concierto. A toda prisa, y enfundadas en abrigos militares y gorros rusos de piel, se volvieron al aeropuerto para tomar el primer vuelo a Pyongyang. Según la agencia de noticias Xinhua, su actuación quedaba suspendida por «problemas de comunicación». Pero tan repentina cancelación ha disparado las especulaciones.

La teoría más extendida es que Kim Jong-un, en un arrebato que demuestra su inmadurez diplomática, había ordenado su precipitada vuelta debido a las burlas que circulaban por las redes sociales chinas, donde se rumoreaba que tenía una aventura con la estrella del grupo, Hyon Song-wol. No es la primera vez que corren habladurías sobre un régimen tan impenetrable como el norcoreano, ya que en 2013 se difundió que la propia Hyon Song-wol había sido ejecutada junto con otros músicos.

Otra hipótesis apunta a que Corea del Norte, que la semana pasada anunció que tenía bombas de hidrógeno y acabó sus conversaciones con el Sur sin ningún acuerdo, se había molestado porque ni el presidente de China, Xi Jinping, ni su primer ministro, Li Keqiang, iban a asistir al concierto de las Moranbong. ¿Divas o comparsas? Seguramente, lo segundo.

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