Tita Thyssen con sus hijas
Tita Thyssen con sus hijas - ABC

Primer encuentro entre las hijas de Tita Thyssen y los hijos de Borja

Fue breve y tuvo lugar la pasada Navidad. Las hijas de la baronesa ya se han instalado en Andorra

Madrid Actualizado: Guardar
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Tras muchos años distanciados, Hacienda ha obrado el «milagro» de reunir a los Thyssen como una gran familia. Tanto la baronesa como su hijo Borja dividen su tiempo entre Andorra y España para acogerse a la fiscalidad del principado, donde adquirieron dos viviendas que están literalmente pegadas. Esa es la razón por la que, a lo largo de los últimos meses, han tenido la oportunidad de recuperar el tiempo perdido. Todo ello para tranquilidad de Tita Thyssen, quien ha llevado la distancia y la soledad con mucho más dolor del que realmente ha confesado en público.

Desde que madre e hijo firmaran la paz y retiraran las demandas judiciales que ambos habían presentado, el pasado verano se recuperaron las imágenes de la concordia.

Con el nacimiento de la pequeña Kala, cuarto vástago de Borja y de Blanca Cuesta, llegó la calma. Reuniones en casa, viajes en el yate «Matamua», comidas en privado... Portazo al pasado más amargo y sonrisas para los reporteros que les retrataban en la inauguración de las exposiciones del Museo Thyssen.

Solo quedaba un escollo para completar el final feliz de esta historia: el acercamiento de Borja a sus hermanas Carmen y Sabina, las dos hijas de la baronesa que ya se han instalado en Andorra junto a su madre.

El hecho de estar más cerca de la baronesa y, sobre todo, más solo que nunca, dado que su mujer y sus hijos siguen instalados en Madrid, allanó el camino para que Borja pudiera conocer mejor a sus hermanas. Además, la pasada Navidad se produjo un encuentro entre Carmen y Sabina y los cuatro niños de Borja Thyssen (Sacha, Eric, Enzo y Kala). Fue un primer y breve contacto que con el tiempo se irá normalizando.

Nuevo futuro

Borja y Blanca tienen claro que a lo largo de este curso escolar tendrán que seguir viviendo separados, pero ambos empiezan a replantearse el futuro. No están por la labor de seguir en la misma situación, él en Andorra y ella en Madrid. Así que en los próximos meses los dedicarán a buscar un nuevo destino para asentarse –y que no tiene porqué ser Andorra–, donde podrán recuperar la convivencia de antaño.

Borja y Blanca
Borja y Blanca - ABC

Hasta que llegue ese momento, el matrimonio se adapta como puede a la distancia, que «no es tan dolorosa como pensaban ni tan fácil como dicen», según comenta un íntimo de la pareja. Sin duda, uno de los principales motivos de no estar juntos es lo bien que van sus niños al colegio y la pena que les produce un cambio de centro. Para Borja, la educación de sus hijos y el hecho de que socialicen es fundamental. Él no disfrutó de esa experiencia, pues su madre siempre prefirió que los profesores fueran a casa salvo un par de años que estuvo en un internado en Suiza. Por eso, él desea tanto que sus hijos tengan una educación normal.

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