Una nueva y joven aristocracia

Jaime de Mora y Aragón era hermano de la Reina Fabiola de los Belgas , y el hijo del cuarto marqués de Casa Riera, Gonzalo de Mora y Fernández , y de Blanca Aragón y Carrillo de Albornoz . Pero al aristócrata todos le conocimos como el dandy de clavel que les llevaba en Marbella las agendas de la juerga a los jeques, como el animador al piano de la Marbella dorada, trasnochadora y desabrochada. Victoria de Hohenlohe nació en esa misma Marbella, pero muchos años más tarde de la época del desmadre de oro, y es la más joven duquesa de la casa de Medinaceli, desde 2015. Victoria creció en Alemania, país de su madre, Sandra Schmitdt-Polex , y se le conocen pocos o muy pocos asomos a los escaparates de sociedad, que es lo que sí hacía Jaime de Mora, o Eugenia Martínez de Irujo , por citar más cerca. Victoria y Jaime son los polos opuestos de un modo de vivir la aristocracia, que antes gustaba del retrato de cuché, y ahora lo esquiva, o lo huye, incluso. Con Victoria, hay una joven generación de aristócratas que prefieren no salir en la foto, y llevar más bien una vida oculta, que es lo que el sabio clásico aconsejaba para acercarse a la felicidad.

Ahí están Carlos o Fernando Fitz-James Stuart , conde de Osorno y duque de Huéscar, respectivamente, o Blanca Osorio , Álvaro Falcó o A lejandra Romero . Blanca es una belleza de ojos oceánicos que son gemelos de los ojos de su madre, Blanca Suelves . La joven Blanca tiene veintipocos años, es hija de los duques de Alburquerque, estudió bachillerato en un internado inglés y ahora sigue una formación de élite en Madrid. Vive al margen de los focos, como Álvaro Falcó. Álvaro es el único hijo del matrimonio de Fernando Falcó, marqués de Cubas, y Marta Chávarri , bisnieta del conde de Romanones. Estudió Administración y Dirección de empresas, y ejerce en una empresa de márketing digital. Será suyo el título de marqués de Cubas.

Este ramo de jóvenes de la aristocracia se ha formado en disciplinas de la alta empresa, y llevan con aprecio y buen compás la vitola de los apellidos históricos, pero no condescienden a la pasarela de la fama. Pareciera que todos han sido educados en una misma discreción insobornable, y hasta en los acontecimientos de familia, o en los ratos de asueto, escogen el sitio de un segundo plano, que suele dar mejor vida, y evita los alternes incómodos con la prensa. Alejandra Romero , nieta de Adolfo Suárez , y, a resultas, duquesa de Suárez, es una joven abogada que ejerce en Madrid, y procura conducirse como una particular, salvo en momentos donde se hace imposible la invisibilidad, como en su matrimonio con Pedro Armas, también abogado. Álvaro Falcó, a veces, cumple de DJ, en algunos garitos del Madrid mejor perfumado, bajo el seudónimo de Difalco. Sólo se enteran los íntimos.