Máxima tuvo el tiempo justo para despedirse de su controvertido padre

Jorge Zorreguieta padecía cáncer y falleció el martes en Buenos Aires

La reina a la salida de la casa familiar en Buenos Aires, poco después de la muerte de su padre EFE
Guadalupe Piñeiro Michel

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A sus 89 años, el padre de la Reina Máxima de los Países Bajos (46) falleció este martes en la Clínica Fundaleu, en Buenos Aires, a causa de un linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer contra el que estuvo luchando durante más de tres años. El Servicio de Información de Holanda informó del deceso través de un comunicado que confirmaba «con gran tristeza que el señor Jorge Horacio Zorreguieta , padre de la Reina, ha muerto». La salud del exfuncionario argentino se había agravado en los últimos días, lo que llevó a su hija a interrumpir sus vacaciones y cruzar el Atlántico el pasado fin de semana para despedirse de él.

En Argentina, la Reina espera la llegada del Rey Guillermo Alejandro (50) y sus hijas, las Princesas Catalina Amalia (13), Alejandra (12) y Ariadna (19), que aterrizarán a lo largo de la mañana de hoy para asistir al entierro, en el que «participará sólo un círculo íntimo y estará cerrado a la prensa», según señaló el Servicio de Información.

La relación la Reina y su padre era muy estrecha, a pesar de ser Zorreguieta una persona «non grata» en Holanda, lo que le impidió, en febrero de 2002, presenciar la la boda de su hija con el entonces Príncipe Guillermo . Jamás se le permitió estar en los actos oficiales de la Familia Real, por lo cual tampoco asistió a la coronación de Máxima como reina -tras la abdicación de la entonces Reina Beatriz, quien hoy ostenta el título de Princesa-, el 30 de abril de 2013. Sus vínculos con la última dictadura militar argentina -en la que Zorreguieta fue secretario de Agricultura- le convertieron en un personaje polémico y cuestionado, tanto en su país como en Holanda.

Desde que se detectó su enfermedad, la Reina Máxima realizó varios viajes a su tierra natal. El primero fue en 2014, cuando llegó de incógnito para acompañarlo en la Clínica Fundaleu junto a su madre, Carmen Cerruti . Por aquel entonces, un libro sacaba a la luz algunos de los secretos mejor guardados de la familia de Máxima. Su autor, el periodista Arnold Karskens, publicaba en Holanda «El caso Zorreguieta», fruto de dos años de investigación sobre la responsabilidad del exfuncionario en el secuestro y asesinato de personas en la Secretaría que dirigía.

Jorge Zorreguieta junto al dictador argentino Jorge Rafael Videla REUTERS

Personaje polémico

En conversación telefónica con ABC tras la muerte del padre de la Reina, Karskens se reafirma en su opinión de que « Zorreguieta fue políticamente responsable del asesinato de entre 500 y 1.000 personas». Además, el periodista concluyó, tras una investigación que lo llevó a recorrer tierras rioplatenses en más de una ocasión, que «podía haber denunciado lo que sucedía, pero mantuvo su boca cerrada». El holandés lo define como un money maker (creador de dinero) y dice que «trabajaba con el ministerio de Economía, por lo que era imposible que desconociera lo que sucedía». Por otro lado, afirma que el exfuncionario tenía una relación personal con Jorge Rafael Videla, la cabeza de la Junta Militar que manejó Argentina durante la dictadura -que acabó con la desaparición de 30.000 personas-. «Era muy cercano a él, iba a las reuniones de la Junta Militar , le escribía cartas apoyando las ideas de los dictadores y hasta visitó a su familia cuando murió».

Pero incluso antes de la publicación de este material, en 2001 el entonces primer ministro holandés Wim Kok contrató al académico Michiel Baud para investigar a Zorreguieta. Los resultados desmintieron las afirmaciones del exfuncionario, que aseguraba desconocer los terribles crímenes que se cometidos en aquella oscura etapa.

A pesar de todo, el actual primer ministro holandés, Mark Rutte, ayer tuvo palabras de consuelo para Máxima: «Deseo a los Reyes, a sus hijas y al resto de miembros de su familia fortaleza en estos momentos difíciles». A Arnold Karskens , la muerte del Jorge Zorregueta le deja un sabor amargo: «Intenté llevarlo a la Justicia, pero no lo logré. Les mostré las cartas de los familiares de los desaparecidos, pero los políticos y la Justicia de Holanda no querían escándalos. Me dijeron que era un problema de Argentina, a pesar de que se trataba de crímenes de lesa humanidad ».

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