El magnate Joseph Lau
El magnate Joseph Lau - ABC

Un magnate de Hong Kong regala a su hija de siete años el diamante más caro del mundo

Joseph Lau ha pagado 45 millones de euros por un diamante azul de doce quilates que, como en otras ocasiones, ha apodado como sus hijas

CORRESPONSAL EN PEKÍN Actualizado: Guardar
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Los ricachones chinos han tirado la casa por la ventana esta semana. Mientras Liu Yiqian, un antiguo taxista de Shanghái convertido en magnate, pagaba 158 millones de euros por el famoso «Desnudo acostado» de Modigliani, otro empresario de Hong Kong compraba el diamante más caro del mundo. Con un precio final de 45 millones de euros, alcanzado en una subasta de Sotheby´s celebrada en Ginebra, la «Luna Azul» («Blue Moon») iba a parar a manos de Joseph Lau, según confirmaba la CNN tras seguir el rastro de la piedra preciosa.

Nada más adquirir el diamante, de doce quilates, el comprador lo rebautizaba «Luna azul de Josephine», igual que había hecho solo día antes con otro comprado por 26,5 millones de euros en una puja de Christie´s, también en Ginebra.

En esa ocasión, se trataba de un diamante rosa de 16 quilates que enseguida apodó «Dulce Josephine».

Tal nombre puso a los expertos sobre la pista, ya que Joseph Lau es conocido por llamar a sus diamantes igual que dos de sus hijas: Josephine, de siete años, y Zoe, de trece. Por casi nueve millones de euros, en 2009 ya se hizo con uno azul de siete quilates para la menor, que apodó «Estrella de Josephine». Y, en noviembre del año pasado, le regaló a la mayor otro de nueve quilates y 30 millones de euros que llamó «Diamante Zoe», así como un broche con un rubí de diez quilates que denominó «Zoe rojo» y le costó casi ocho millones de euros.

Entre los hombres más ricos

Así de caros son los caprichos de Joseph Lau, quien nació en 1951 en Hong Kong y es uno de los más adinerados magnates del sector inmobiliario en esta pujante ciudad del sur de China, antigua colonia británica plagada de espectaculares rascacielos. Como principal accionista de Chinese Estates Holdings, la revista Forbes lo sitúa en el puesto número 114 entre los hombres más ricos del mundo porque calcula que su fortuna asciende a más de 10.600 millones de euros.

Además de coleccionar diamantes, posee una bodega con al menos 10.000 botellas de los mejores vinos y un retrato «pop» de Mao Zedong pintado por Andy Warhol que le costó más de 16 millones de euros. Pero, sin duda, la joya pictórica de su colección de arte es uno de los cuadros pintados por Gaugin en Tahití, «Te Poipoi», por el que llegó a pagar 36 millones de euros en una subasta de Sotheby´s en 2007.

Con varios hijos de diversas parejas, que van desde su primera esposa hasta su última novia pasando por su antigua secretaria, Lau ya ha sido bendecido con nietos que tienen la misma edad que sus vástagos más pequeños, como suele ser habitual en los empresarios chinos que quieren emular las gestas, al menos en la alcoba, de los emperadores.

Pero sus compras millonarias no se quedan solo en los diamantes o el arte, ya que en 2007 se supo que era uno de los siete primeros compradores de un Boeing 787 Dreamliner, que iba a destinar a su uso privado.

Este verano, y tras un «culebrón» judicial que comenzó en 2012, un tribunal de Macao confirmó su condena a cinco años y tres meses de cárcel por haber sobornado con 2,3 millones de euros al responsable de obras públicas de la antigua colonia portuguesa, Ao Man-long, para construir en una zona plagada de casinos frente al aeropuerto. De momento, Joseph Lau se ha escapado de la condena porque Macao no tiene tratado de extradición con Hong Kong, donde ha cedido la presidencia de su empresa a su hijo mayor y sigue comprando los diamantes más caros del mundo para sus pequeñas Josephine y Zoe. En China, eso es amor de padre.

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