De Lima a Cáceres, el regreso inversor del polémico padre de Sofía Palazuelo
El consuegro del duque de Alba cierra la compra de siete edificios en la capital peruana y la reforma del extremeño palacio de Godoy, a través de la empresa Scipion Perú gestionada por uno de sus hijos
Su nombre no resultaba demasiado conocido en España hasta que su hija emparentó con una de las familias con más abolengo de nuestro país. El pasado 6 de octubre, Sofía Palazuelo le daba el «sí, quiero» a Fernando Fitz- James Stuart en el Palacio de Liria de Madrid, pero él no estaba allí, ni se le esperaba. Ni siquiera figuraba en la invitación de boda . Motivo suficiente para que desde ese momento se hablara aún más de él y se comenzara a hurgar en su pasado y en sus negocios. Ahora bien, en Lima, el nombre de Fernando Palazuelo lleva siendo recurrente durante años en las páginas de la prensa económica y sus operaciones inmobiliarias no pasan desapercibidas. Su empresa Arte Express firmó el pasado 18 de diciembre la compra definitiva de siete edificios de propiedad de Rimac Seguros y Reaseguros S.A., ubicados en el centro histórico de Lima, según publicaba el diario peruano «Gestión». Entre los inmuebles más destacados de esta operación se encuentran la antigua sede de la Compañía Internacional de Seguros del Perú, ubicada en Jirón Junín; la casona ubicada frente al Teatro Municipal; el 40 % del edifico de la Bolsa de Valores de Lima (BVL); así como el resto de los inmuebles que conforman el conjunto financiero alrededor de la BVL. Cabe indicar que varios de los edificios adquiridos se encuentran en el eje del sector financiero del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). La operación implicó un desembolso total de 25 millones de dólares .
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«Ha sido un proceso largo de negociación con Rimac Seguros, que es la primera vez que vende inmuebles, al menos en el Centro de Lima», declaró Palazuelo a «Gestión». Detalló que la opción de compra corresponde a 47 inmuebles registrales agrupados en siete edificios.
Fernando Palazuelo se instaló en Lima en 2008 y cuando evoca sus comienzos siempre recuerda que llegó con 800 euros en bolsillo. Dejó atrás a su mujer Sofía Barroso y a los cuatro hijos que tuvo con ella -Fernando, Jaime, Beltrán y Sofía- y varios pufos legales. En la década de los 80, el matrimonio creó la compañía Arte Express, una mezcla de galerías de arte e inmobiliaria. Ella, elegante y culta, se encargaba de la primera parte y él de comprar y rehabilitar edificios antiguos principalmente en Mallorca. A principios de 2000 le denunciaron por presionar a varias personas para que abandonaran uno de los edificios históricos que quería rehabilitar, una causa por la que le condenaron finalmente en 2006.
Palazuelo continuó ejerciendo el mismo negocio en Perú y operando bajo la misma empresa . Su nueva andadura profesional en Lima se sumaba a un nueva faceta en lo personal que se esforzó por ocultarle a su anterior familia y a sus amigos en España. Se casó de nuevo y tuvo dos hijos más. El negocio iba viento en popa e incluso comenzó a rehabilitar edificios en Detroit.
Un hotel de lujo
La relación de Palazuelo con su exmujer y su hija es nula. Nunca le perdonaron que huyera de España , pero con Jaime y Fernando la situación es bien diferente. Padre e hijos trabajan juntos y Fernando creó la empresa Scipion Perú para ejercer la misma actividad que su progenitor. El pasado jueves, Fernando presentaba su nuevo proyecto en España. Invertirá 10 millones de euros en el palacio de Godoy de Cáceres para reconvertirlo en un hotel con 72 habitaciones, un espacio verde abierto a la ciudadanía, centro de convenciones para empresas e instituciones y un restaurante de referencia con un jefe de cocina que llegará de Perú hasta Cáceres para exportar la gastronomía andina. El hotel será diseñado por el grupo Scipion Real Estate con la sociedad pública Avante en colaboración con la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento. Fernando Palazuelo ejerció como maestro de ceremonias exponiendo los detalles del proyecto ante la alcaldesa, Elena Nevado, y el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara. Entre el público, para arroparles, no faltaban su hermana y su cuñado, futuros duques de Alba. La relación entre Sofía y su hermano Fernando es excelente. De hecho fue este quien la acompañó al altar de los jardines de Liria y ejerció de padrino, ante la ausencia del padre de ambos. Los jóvenes no han permitido que la desigual relación con su progenitor acabe por distanciarles a ellos.
