INAUGURACIÓN

Hotel Trump: el magnate inicia su asalto a Washington

Muy cercano a la Casa Blanca, abre sus puertas su decimoquinto alojamiento de lujo, que puede salir hasta 16.000 euros por noche

Washinton Actualizado: Guardar
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«Experimenta el lujoso hotel que DC estaba esperando». Esta sugerente invitación se ha convertido en la idea-fuerza con la que el marketing del magnate anuncia su desembarco en la capital del país. Si los estadounidenses lo quieren, Donald Trump completará su asalto el 8 de noviembre, día de la elección presidencial. Que Washington DC, la aburrida ciudad administrativa y residencial, está cambiando, no es sólo un soniquete de washingtonianos nostálgicos y taxistas intuitivos. Se palpa en su frenética actividad inmobiliaria y su creciente vida nocturna, como si la sonora llegada del hombre de negocios metido a político más nombrado del mundo, trajera consigo una neoyorquización de Washington DC. De momento, el emblemático edificio de correos de la ciudad ya es desde hace una semana el Trump International Hotel Washington.

El dato es significativo. La nueva joya del imperio hotelero del magnate se asienta en el 1.100 de Pennsylvania Avenue, a cinco manzanas del célebre 1.600 de la misma avenida, la Casa Blanca. El castillo encantado que aparenta ser el antiguo Old Post Office Pavilion se da un aire a la leonesa Casa de Botines. Tras una inversión de 200 millones de dólares (180 millones de euros), el magnate puede presumir de un inmueble con una coqueta presencia externa, que ha enaltecido el downtown del Distrito de Columbia, pero el acceso al interior conduce a un boato digno de contemplación. Se ofrecen, una estancia en torno a la recepción, inmensa en anchura y altura, The Grand Lobby y el Cortile Bar, con lámparas estilo «Fantasma de la Ópera» que acompañan a una gran estructura metálica colgante. Más al interior del llamativo alojamiento, unos impresionantes salones de reuniones que intentan combinar estilos clásicos y contemporáneos, para disfrute de un cliente con grandes pretensiones.

El hotel cuenta con 263 habitaciones, con una variada oferta que nunca será para todos los bolsillos. Según la oportunidad que uno encuentre en internet, el cliente puede conseguir como ganga un precio de 400 euros la noche en una habitación estándar. Si la pretensión es apurar el tentador edificio a todo tren, la suite presidencial puede llegar a alcanzar los 16.000 euros. Para lo cual la llave de la habitación, mensaje directo del propietario, es toda una declaración de intenciones: «Echa un vistazo. Esto es lo que compartimos contigo». Y en la parte de atrás, la promesa: «Nunca nos conformamos». No es su propagandístico «Make America Great Again» (Hacer América grande otra vez) de campaña, pero despide el mismo espíritu ganador.

La construcción del nuevo hotel de Trump ha venido rodeado de polémica. Desde la concepción del proyecto, su restaurante principal iba a ser un establecimiento de cocina española, con el toque personal del cocinero José Andrés, uno de nuestros compatriotas más célebres en Estados Unidos. Los insultos a los hispanos del ya entonces aspirante en las primarias republicanas, que llamó «violadores» y «ladrones» a los inmigrantes que cruzan la frontera de México a Estados Unidos, llevó al asturiano a romper la baraja. El cruce de querellas entre ambos por el contrato que ya habían suscrito llegará a juicio en próximas fechas.

Con el hotel de Washington DC, el millonario neoyorquino redobla la apuesta de un imperio hotelero de lujo que ya sobresale en su ciudad natal, y en Chicago, Las Vegas, Toronto y Dubái.

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