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Vídeo: Julio Benítez toreará con su hermano Manuel Díaz - Europa Press

Los hijos de «El Cordobés» se conocen esta semana

Manuel Díaz y Julio Benítez presentan en Sevilla su primera corrida juntos tras toda una vida separados. Será una reunión histórica

MADRID Actualizado: Guardar
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El próximo 11 de marzo, la plaza de toros de Morón de la Frontera (Sevilla) tendrá un cartel histórico, no tanto por lo que ocurra sobre la arena, que ojalá, sino por reunir por primera vez a los dos hijos toreros de Manuel Benítez «El Cordobés» (80 años): Manuel Díaz (48), el pasado año reconocido por sentencia judicial como uno de los descendientes del maestro de Palma del Río; y Julio Benítez (31), el más pequeño de los cinco vástagos que «El Cordobés» tuvo con Martina Fraysse, de quien hace meses se divorció. Manuel y Julio estaban destinados a conocerse y coincidir en los ruedos pese al abismo que ha mediado entre ambos a lo largo de toda su vida.

Hoy, además de sus lazos genéticos, guardan una circunstancia común: la distante relación con su padre, una de las mayores figuras de la historia de la tauromaquia.

Finalmente ha tenido que ser el empresario taurino Antonio Sanz quien haya abierto el camino para que estos dos hermanos se conozcan y pongan fin, de una vez por todas, a tantos años de distancia y malentendidos a los que ambos se habían visto destinados por la negativa de Manuel Benítez a reconocer una paternidad que acabó demostrándose tras una larga batalla judicial. Es más, el propio Sanz tiene intención de repetir este cartel todas las veces que pueda. Será esta una temporada muy especial para los hermanos, tal y como ambos han confirmado públicamente.

Sin ir más lejos, el propio Manuel Díaz aseguraba ayer a ABC que está «muy ilusionado», expresión que repite Julio Benítez, quien también añade a este periódico: «Espero que todos los aficionados nos acompañen en la plaza». Y pocas palabras más, ya que Julio es un hombre tímido, al que le cuesta expresarse abiertamente y más en referencia a un asunto que ha desatado una auténtica «tormenta» en su familia.

Lejos de todo

Nadie sabe a ciencia cierta si Manuel Benítez «El Cordobés», imprevisible como pocos, estará en la plaza de Morón de la Frontera para ver torear juntos a sus hijos. Todo indica que el maestro cordobés seguirá desde su retiro campestre el desarrollo de la corrida, para evitar echar más leña a la hogera del morbo y, sobre todo, huir de los medios de comunicación.

Antes de saltar juntos a la arena, los dos hermanos escenificarán su encuentro el próximo jueves 16 de febrero en Sevilla, durante un acto en el que se presentará a los medios el cartel de Morón de la Frontera. Además, en una reunión privada que se les está organizando y a la que accederán muy pocas personas, podrán conocerse y hablar tranquilamente de todo aquello que no se han dicho a lo largo de estos años. Según cuentan fuentes cercanas al entorno de ambos toreros, si no se conocieron y compartieron cartel antes fue por los impedimentos que Manuel Benítez ponía a los empresarios para reunir en una misma corrida a sus dos hijos. Cabe recordar que ellos jamás han tenido palabras negativas uno con el otro. De momento, Manuel Díaz sigue sin cambiar su apellido (mantiene el de su madre, María Dolores Díaz) y no quiere hablar de la herencia paterna. Su discurso, a propósito de su demanda de paternidad contra Manuel Benítez, siempre ha sido el mismo: no quiere patrimonio, sino ser reconocido legalmente como hijo de «El Cordobés».

Sin exclusiva

Lo que desmienten tajantemente, uno y otro, es que vayan a aprovechar esa cita para posar en una exclusiva bien remunerada. No pretenden mezclar su encuentro en la plaza -que supondrá el comienzo de la temporada- con el morbo que el culebrón familiar ha despertado en toda España. Ofertas no les han faltado a los dos hermanos, pero hasta el día de hoy la respuesta de ambos siempre ha sido la misma: su único objetivo, en este caso, es salir por la puerta grande de Morón de la Frontera para que este cartel (hoy excepcional) se repita toda la temporada.

Julio Benítez confesó recientemente a ABC que, hasta no hace mucho, cuando los Benítez Fraysse todavía eran una familia unida, en su casa se hablaba muy poco de Manuel Díaz, ya que su padre siempre negó que fuera hijo suyo. Por lo visto, el maestro se vanagloriaba de que Díaz nunca solicitara la prueba de adn, porque, según él, sabía que no era de su sangre. Hasta que el año pasado, y tras verse obligado a pasar por un test genético por orden judicial, se demostró que no tenía razón.

Cierta angustia

«Cuando comenzó todo el proceso, yo tenía 6 años y no entendía bien lo que sucedía. Recuerdo que en el colegio me decían cosas sobre lo que estaba pasando y eso me generaban cierta angustia», contaba Benítez a este periódico. «No me niego a nada e insisto que respeto a cualquier matador de toros, ya que todos nos jugamos la vida. Desde luego, jamás vetaría a nadie», fue su respuesta ante la posibilidad de torear un día junto a su hermano. Hoy sus palabras cobran especial significado, ya que lo que por entonces era una hipótesis, ahora es una realidad.

Estos días, ambos comparten nervios y emociones contradictorias. De momento, ni Manuel ni Julio se han confesado abiertamente, pero nadie de sus respectivos entornos tiene la menor duda: cuando se encuentren en público esta semana, lo primero que harán será darse ese abrazo que manuel Benítez «El Cordobés» no fue capaz de provocar. Al final, son los hijos los que solucionan los problemas que sus padres dejan sin resolver.

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