Fernando García, la mitad española de la ropa que vuelve loca a las famosas de EE.UU

En apenas medio año, este dominicano de origen español ha escalado con su firma, Monse, a lo más alto del mundo de la moda. Esta semana ha vestido a Sarah Jessica Parker en la gala del Met

CORRESPONSAL EN NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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Cada mañana, Fernando García emplea veinte minutos en caminar desde su casa en el West Village hasta las oficinas en el Soho de Monse, la línea de moda que creó el año pasado junto a su socia y «mejor amiga» Laura Kim. Es su momento del día. Pone el teléfono en modo «avión» para desconectarse del mundo. Se coloca los cascos con «The Killers» o alguna otra banda y patea las calles coquetas del Village, entre «brownstones» y jardineras ya floridas por el arranque de la primavera. Cuando llegue al Soho tendrá el día completo de reuniones, llamadas, pruebas de medidas, retoques de creaciones. El paseo es el único momento para echar la mente a volar e inspirarse. «Esos veinte minutos son sagrados», asegura el diseñador, dominicano pero muy enraizado en Asturias, la tierra de sus padres.

Quizá también es el único momento que tiene para digerir lo que ha ocurrido desde septiembre, cuando Monse lanzó su primera colección. García y Kim eran dos desconocidos que han escalado en pocos meses a lo más alto del mundo de la moda.

La prueba de ello fue el pasado lunes, en la gala anual del Metropolitan Museum, la cita más importante del año del mundo de la moda en Nueva York, el «quién es quién» de la industria. Monse fue la firma elegida por Sarah Jessica Parker, una de las personas con más influencia en la moda. «Fue un sueño hecho realidad, no tengo otra forma de describirlo», confiesa García. «Ella es una persona muy respetada en el mundo de la moda. Las decisiones que toma son extremadamente inteligentes, siempre pensadas y calculadas», afirma el diseñador, que parece no haber bajado de esta nube, varios días después de la gala. «Ella ama la moda», insiste alargando cada sílaba de «ama» para acentuar su mensaje. «Respeta tanto a la moda y al trabajo que los artistas vuelcan en la ropa que el hecho de que esta persona diga que Monse vale la pena… Para mí no sé quién más me tendría que dar ese sello de aprobación. Como ella no sé si hay muchas más, la verdad, estábamos muy contentos y orgullosos».

Pero sí ha habido muchas más antes que la protagonista de «Sexo en Nueva York». Monse presentó su primera colección de primavera de ‘prêt-à-porter’ el 12 de septiembre en la semana de la moda de la Gran Manzana. Entre las creaciones del desfile, un mini vestido plateado con los hombros al descubierto y la parte frontal en forma de lazo. No había pasado un mes, y Lady Gaga lo vistió en el «late night» televisivo de Jimmy Fallon. Pocos días después, otra de las «celebrities» influyentes en la moda, Sienna Miller, apareció en el mismo programa con otro diseño de Monse.

La firma ha conquistado desde entonces las alfombras rojas. Amal Clooney, Selena Gómez, Jessica Biel, Allison Williams, Jessica Paré o Allison Williams la han vestido. Hasta en los Oscar de este año tuvo protagonismo la línea con acento español: Brie Larson, la ganadora de la estatuilla a la mejor actriz por ‘La habitación’, vistió espléndida con un vestido rosa en la fiesta de celebración de su premio.

¿Cómo se consigue pasar de debutar con la primera colección a ser requeridos por las «celebrities» más tenidas en cuenta y brillar en los Oscar y el Met? La clave es que García y Kim eran unos desconocidos para el público, pero no para la industria de la moda. Entre los dos, acumulaban casi veinte años de experiencia bajo las órdenes de uno de los grandes de la moda, Óscar de la Renta. «Hay una gran diferencia entre lanzar una marca después de tener experiencia en la industria o sin ella», reconoce. «Es un mundo muy pequeño, en el que todo el mundo se conoce, todo el mundo ha oído sobre ti, dónde has trabajado qué has dicho y cómo te has comportado». En sus años con De la Renta, García y Kim trabajaron mano a mano con estilistas de famosos, diseñadores emergentes, compradores de tiendas… En cuanto sacaron Monse -inspirado en el nombre de la madre asturiana de García- todos se lanzaron a apoyarles.

Origen asturiano

«Me considero mitad dominicano y mitad español», dice García con rotundidad, mientras recuerda los veranos de su infancia y juventud en Asturias y recita los pueblos de su familia: Pintueles, La Espina… «Mis padres son españoles, dejaron Asturias de pequeños, cuando tenían menos de diez años. En Santo Domingo, la familia de mi padre tenía una ferretería, la de mi madre, almacenes», explica.

A García siempre le interesó la moda. Pero se decidió a estudiar arquitectura porque no veía mucho futuro a la profesión en Santo Domingo. Cursó la carrera en una universidad de EE.UU., pero con la cabeza siempre puesta en los diseños. Nada más graduarse, su padre le consiguió un encuentro con Óscar de la Renta. Le enseñó sus bocetos, y a los dos días ya estaba en la oficina de Manhattan del gran diseñador dominicano. «Es un mundo muy competitivo, y más para un muchacho que no había estudiado moda y que el dueño de la compañía le colocaba en medio. A mucha gente no le gustaba, me veían como el niño mimado de Óscar», cuenta. Con los años, García y Kim se afianzaron en la compañía y acabaron por volar solos, una decisión que tomaron meses antes del fallecimiento de De la Renta, en octubre de 2014.

El elemento en el que han basado sus creaciones es la camisa. «Vimos que en el mercado había falta de ropa que estuviera en el medio, entre el acento femenino de diseñadores como Giambattista Valli y otros más masculinos y sencillos como Alexander Wang. Por eso la camisa, que da un toque moderno y es un balance masculino y femenino en la colección», explica García.

Ese elemento ha sido el trampolín de un ascenso meteórico que les ha colmado de éxitos, pero que también les ha puesto en el disparadero. El diseño que vistió Sarah Jessica Parker en el Met esta semana no gustó a todo el mundo. Era un conjunto blanco de pantalón y chaqueta que «toma la silueta de un traje masculino del siglo XVIII», con inspiración en «Hamilton», el musical sobre uno de los padres de la patria estadounidense y que es el gran éxito de este año en Broadway. El tema de la gala era la interacción entre la artesanía y la tecnología en la moda «y ella sabía que todo el mundo iba a aparecer en la gala con vestidos metálicos, robots y luces. Y no quería ser una más», cuenta García, que lamentó que mucha gente no reparar en el grado de tecnología que tenía el diseño, por ejemplo en las mangas de la camisa y en los detalles de la chaqueta.

Las críticas no le han dolido, asegura. «El hecho de que una persona tan respetada en el mundo de la moda quiera colaborar contigo… Es todo lo que necesito, no hay mejor elogio que ese». Tiene otros motivos para no dudar de lo que está haciendo: junto a Kim, han sido fichados por Carolina Herrera para colaborar en su próxima colección y Anna Wintour, la mandamás del mundo de la moda, les ha seleccionado para la categoría de «diseñadores emergentes» en los CFDA, los Oscar de la moda, que se fallan en junio. Los veinte minutos que Fernando García dedica cada mañana a pensar, crear o inspirarse están dando mucho de sí.

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