Los familiares y amigos de Pitita Ridruejo, «destruidos» tras su muerte

La gran dama de la alta sociedad española murió ayer en Madrid a los 88 años

Pitita Ridruejo, en 2013 en su palacete del centro de Madrid Ángel de Antonio
Angie Calero

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Pitita Ridruejo , una de las grandes damas de la sociedad española, falleció ayer, a los 88 años, en su casa de Madrid. La noticia ha sorprendido a sus hijos - Ana , Carlos y Claudia -, que están muy conmocionados con su pérdida, y a sus amigos más cercanos.

Esperanza, como se llamaba realmente, nació en 1931 en Soria. De familia muy conservadora, estudió en el Colegio de la Asunción de Madrid, donde coincidió con Fabiola de los Belgas . Al terminar el colegio, viajó a Inglaterra para estudiar Literatura inglesa en Belmont, una formación que culminó con un master en la Universidad de Ginebra. De vuelta en Madrid, en 1957, se casó con Mike Stilianopoulos, quien fue durante años embajador de Filipinas en España y Reino Unido. Además se sus habilidades sociales y su buena conversación, su matrimonio le permitió entablar gran amistad con la Reina Sofía y su hermana Irene de Grecia , Pat Kennedy o Margarita de Inglaterra .

En 2013, con Mike Stilianopoulos Sigefredo Camarero

En la primera parada de su viaje de novios, en la Costa Azul, fue cuando Pitita conoció a Tessa de Baviera . «Vino a comer a casa de mis padres porque era amiga de mi hermana. Yo tenía doce años y me impresionó mucho su físico. Era muy alta, con esos moños que llevaba entonces y esa nariz prominente. Yo era muy pequeña, pero años después nos convertimos en vecinas en Marbella y nos veíamos muchísimo», contó ayer la prima del Rey Don Juan Carlos a ABC. «Las amigas estamos todas destruidas. Ha sido una mujer con una personalidad impresionante, no creo que haya muchas personas como ella. Era muy interesante y tenía muy buena conversación», afirmó Tessa de Baviera, quien destacó tres aspectos de la vida de su amiga: la amistad -«siempre estaba ahí para ayudarte»-, la fe enorme que tenía y el amor por su marido, con quien compartió 59 años de su vida y formó «un tándem buenísimo».

Pitita siempre se caracterizó por ser una mujer muy culta, positiva y vitalista. Pero la soledad le invadió en noviembre de 2016, cuando sufrió la pérdida de Mike Stilianopoulos tras una larga enfermedad. «Para mí lo era absolutamente todo, mi mitad, mi todo, el hombre más importante de mi vida», confesó a los pocos días de su muerte. Desde entonces, no volvió a ser la misma . Ayer, en los salones de su palacete del centro de Madrid, sus familiares y amigos lloraban su muerte. «Estamos todos muy tristes, pero el recuerdo que nos queda de ella es maravilloso. Siempre estará con nosotros porque Pitita era Pitita», concluyó Tessa de Baviera.

Pitita Ridruejo e Isabel Preysler en la entrega del «ABC de Oro», en 1987 ABC

Apariciones marianas

En junio de 1985, en una finca de El Escorial propiedad de la vidente Amparo Cuevas , Pitita admitió haber visto a la Virgen. Unas «apariciones marianas» con las que cultivó su fe hasta el final de sus días. Durante una entrevista concedida a este periódico en 2013 por la publicación de su libro « La Virgen María y sus apariciones» (Espasa), reconoció que, cuando se lo contó a su marido, éste le dijo: «No se lo digas a nadie, que van a pensar que estás loca».

«Qué duda cabe que esa espiritualidad caracterizó mucho a Pitita», declaró ayer a ABC el periodista Alfredo Amestoy , quien recibió la «mala noticia» de la muerte de su amiga con pena. «Lo que se puede hacer ahora es, en lugar de pedir por ella, que ella pida por nosotros», apuntó. Según Amestoy, «Pitita podía parecer una mujer frívola por su peinado o por esa forma elegantísima de andar», pero en su corazón y en su mente estaba el misterio. «Aunque era muy amante de la Virgen de Fátima , yo me refiero a otro misterio: el misterio como una llamada continua a tener presente el más allá», puntualizó. Pitita «vivía aquí, pero siempre entendió que estaba de paso». Para Amestoy, «las mujeres destacadas de los últimos 30 años en España eran Cayetana de Alba , Aline Romanones y Pitita Ridruejo». Las tres fueron grandes amigas. Con la muerte de Pitita se ha ido la última gran dama de su generación, y de una época que no volverá.

Con la Reina e Irene de Grecia, en 1984 Archivo
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